VIGÉSIMO NOVENO DOMINGO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
Domingo, 23 de octubre de 2022, a las 12:00
Servicio y Lecturas
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HIMNO
Éste Es El Día
(#617, Flor y Canto)
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Bendito sea Dios Padre, Hijo y Espiritu Santo.
Y bendito sea su reino, ahora y por siempre. Amen
Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos y ningún secreto se halla encubierto: Purifica los pensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente proclamemos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor. Amén.
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Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios,
Rey celestial, Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre: Tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros:
Porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Oremos.
Todopoderoso y eterno Dios, aumenta en nosotros tus dones de fe, esperanza y amor; y para que obtengamos tus promesas, haz que amemos lo que mandas; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
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LA PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Jeremías.
¡Señor, aunque nuestros pecados nos acusan,
actúa por el honor de tu nombre!
Muchas veces te hemos sido infieles,
hemos pecado contra ti.
Esperanza de Israel,
salvador nuestro en tiempos difíciles,
¿por qué te portas como un extraño en el país,
como un viajero que sólo se queda a pasar la noche?
¿Por qué estás como un hombre aturdido,
como un guerrero que no puede ayudar?
Pero, Señor, tú estás en medio de nosotros,
todos saben que somos tu pueblo; ¡no nos abandones!
El Señor dice esto acerca del pueblo de Israel: «A este pueblo le encanta andar siempre de un lado para otro. Por eso no lo miro con agrado. Ahora voy a acordarme de sus pecados y a pedirle cuenta de ellos.» […]
Señor, ¿has rechazado del todo a Judá?
¿Te has cansado de la ciudad de Sión?
¿Por qué nos heriste irremediablemente?
Esperábamos prosperidad,
pero nada bueno nos ha llegado.
Esperábamos salud,
pero sólo hay espanto.
Reconocemos, Señor, nuestra maldad
y la culpa de nuestros antepasados;
hemos pecado contra ti.
¡Por el honor de tu nombre, no nos rechaces;
no trates con desprecio a la ciudad
donde está tu glorioso trono!
¡Recuerda la alianza que hiciste con nosotros,
no faltes a ella!
¿Hay acaso entre los ídolos paganos
alguno que pueda hacer llover?
¿Acaso el cielo envía los aguaceros por sí mismo?
¡No, Señor y Dios nuestro!
Tú eres quien los envía,
tú eres quien hace todas estas cosas;
¡por eso esperamos en ti!
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
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EL SALMO
Salmo 84
¡Cuán amable tu morada, Señor de los Ejércitos! *
Anhela mi alma y con ardor desea los atrios del Señor;
mi corazón y mi carne se regocijan en el Dios vivo.
El gorrión ha encontrado casa,
y la golondrina nido donde poner sus polluelos: *
en tus altares, oh Señor de los Ejércitos, Rey mío y Dios mío.
¡Dichosos los que habitan en tu casa! *
Perpetuamente te alabarán.
¡Dichosos los que en ti encuentran su fuerza, *
cuyos corazones están resueltos a peregrinar!
Los que atraviesan el valle desolado lo hallan un lugar de fuentes, *
porque la lluvia temprana lo ha cubierto de charcos.
Treparán de baluarte en baluarte, *
y se revelará el Dios de los dioses en Sión.
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LA SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta de San Pablo a Timoteo.
Yo ya estoy para ser ofrecido en sacrificio; ya se acerca la hora de mi muerte. He peleado la buena batalla, he llegado al término de la carrera, me he mantenido fiel. Ahora me espera la corona merecida que el Señor, el Juez justo, me dará en aquel día. Y no me la dará solamente a mí, sino también a todos los que con amor esperan su venida gloriosa. […]
En mi primera defensa ante las autoridades, nadie me ayudó; todos me abandonaron. Espero que Dios no se lo tome en cuenta. Pero el Señor sí me ayudó y me dio fuerzas, de modo que pude llevar a cabo la predicación del mensaje de salvación y hacer que lo oyeran todos los paganos. Así el Señor me libró de la boca del león, y me librará de todo mal, y me salvará llevándome a su reino celestial. ¡Gloria a él para siempre! Amén.
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
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HIMNO
La Fiesta Del Señor
(#370, Flor y Canto)
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EL EVANGELIO
El Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Lucas.
¡Gloria a ti, Cristo Señor!
Jesús contó esta otra parábola para algunos que, seguros de sí mismos por considerarse justos, despreciaban a los demás: «Dos hombres fueron al templo a orar: el uno era fariseo, y el otro era uno de esos que cobran impuestos para Roma. El fariseo, de pie, oraba así: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás, que son ladrones, malvados y adúlteros, ni como ese cobrador de impuestos. Yo ayuno dos veces a la semana y te doy la décima parte de todo lo que gano.” Pero el cobrador de impuestos se quedó a cierta distancia, y ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!” Les digo que este cobrador de impuestos volvió a su casa ya justo, pero el fariseo no. Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido.»
El Evangelio del Señor.
Te alabamos, Cristo Señor.
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El SERMÓN
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EL CREDO NICENO
Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.
Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre.
Por nuestra causa
fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato:
padeció y fue sepultado.
Resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar
a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creemos en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creemos en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.
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ORACIÓN DE FIELES
Padre, te suplicamos por tu santa Iglesia Católica.
Que todos seamos uno.
Concede que todos los miembros de la Iglesia te sirvan en verdad y humildad.
Que tu Nombre sea glorificado por todo el género humano.
Te pedimos por todos los obispos, presbíteros y diáconos.
Que sean fieles ministros de tu Palabra y Sacramentos.
Te pedimos por cuantos gobiernan y ejercen autoridad en todas las naciones del mundo.
Que haya justicia y paz en la tierra.
Danos gracia para hacer tu voluntad en todo cuanto emprendamos.
Que nuestras obras sean agradables a tus ojos.
Ten compasión de los que sufren de dolor o angustia.
Que sean librados de sus aflicciones.
Otorga descanso eterno a los difuntos.
Que sobre ellos resplandezca la luz perpetua.
Te alabamos por tus santos que han entrado en el gozo del Señor.
Que también nosotros tengamos parte en tu reino celestial.
Oremos por nuestras necesidades y las necesidades de los demás.
Omnipotente y eterno Dios, que gobiernas todas las cosas en el cielo y en la tierra: Acepta misericordiosamente las oraciones de tu pueblo y fortalécenos para hacer tu voluntad; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Confesemos nuestros pecados contra Dios y contra nuestro prójimo.
Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.
Dios omnipotente tenga misericordia de ustedes, perdone todos sus pecados por Jesucristo nuestro Señor, les fortalezca en toda bondad y, por el poder del Espíritu Santo, les conserve en la vida eterna. Amén.
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LA PAZ
La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.
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LOS ANUNCIOS
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SANTA COMUNIÓN
Anden en amor, como también Cristo nos amó,
y se entregó a sí mismo por nosotros,
ofrenda y sacrificio a Dios. (Efesios 5:2)
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HIMNO
Ofertorio Nicaragüense
(#563, Flor y Canto)
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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.
Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.
Dios de todo poder, Soberano del universo, tú eres digno de gloria y alabanza.
Gloria a ti, ahora y por siempre.
A tu mandato, todas las cosas llegaron a ser: la vasta extensión del espacio interestelar, las galaxias, los soles, los planetas en su trayectoria, y esta frágil tierra, nuestro hogar insular.
Por tu voluntad fueron creadas y tienen su ser.
De los elementos primarios formaste la raza humana y nos bendijiste con la memoria, la razón y la destreza. Nos hiciste soberanos de la creación. Mas nos volvimos contra ti, traicionando tu confianza, y también nos volvimos unos contra otros.
Ten misericordia, Señor, porque somos pecadores delante de ti.
Una y otra vez, nos llamaste a regresar. Por los profetas y los sabios, nos revelaste tu justa Ley. Y en la plenitud de los tiempos enviaste a tu único Hijo, nacido de mujer, para cumplir tu Ley, y abrirnos el camino de libertad y paz.
Por su sangre nos ha reconciliado. Por sus heridas somos sanados.
Por tanto te alabamos, uniéndonos a los coros celestiales, con los profetas, apóstoles y mártires, y con aquéllos de todas las generaciones que te han buscado con esperanza, para proclamar con ellos el incesante himno de tu gloria:
Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. (2x)
Hosanna en el cielo. (2x)
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo. (2x)
Y así, Padre, los que hemos sido redimidos por él y hechos un pueblo nuevo por medio del agua y del Espíritu, traemos ahora ante ti estos dones. Santifícalos por tu Espíritu Santo para que sean el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo.
En la noche en que fue traicionado, tomó pan, dijo la bendición, partió el pan y lo dio a sus amigos, y dijo: "Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío".
Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y dijo: "Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío".
Recordando ahora su obra de redención, y ofreciéndote este sacrificio de acción de gracias,
Celebramos su muerte y resurrección, mientras esperamos el día de su venida.
Señor Dios de nuestros Padres y Madres; Dios de Abrahán y Sara, Isaac y Rebeca Jacob y Raquel, Lía, Bilhá, y Zilpá Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo: Abre nuestros ojos para ver tu mano en el mundo que nos rodea. Líbranos de la. presunción de acercarnos a esta Mesa buscando sólo consuelo y no fortaleza; buscando sólo perdón y no renovación. Que la gracia de esta Santa Comunión nos haga un solo cuerpo, un solo espíritu en Cristo, a fin de que dignamente sirvamos al mundo en su nombre.
Señor resucitado, muéstrate a nosotros en la fracción del Pan.
Padre, acepta estas plegarias y alabanzas, por Jesucristo, nuestro gran Sumo Sacerdote, a quien contigo y el Espíritu Santo, tu Iglesia rinde honor, gloria y adoración de generación en generación. Amén.
Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino, hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino, tuyo es el poder,
y tuya es la gloria, ahora y por siempre. Amén.
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¡Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros!
¡Celebremos la fiesta!
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Jesús mío, creo que eres verdaderamente presente
en el Sagrado Sacramento del Altar.
Te amo encima de todas las cosas,
y te anhelo en mi alma.
Como ahora no te puedo recibir sacramentalmente,
entra al menos espiritualmente en mi corazón.
Como si ya hubieras venido,
te abrazo y me uno completamente a ti;
nunca permitas que me separe de ti. Amén.
(St. Alphonsus de Liguori, 1696-1787)
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Cordero de Dios (2x), que quitas el pecado del mundo, ten piedad (2x),
ten piedad (2x), ten piedad (2x), ten piedad de nosotros. (2x)
Cordero de Dios (2x), que quitas el pecado del mundo,
danos (2x), danos (2x), danos (2x) la paz.
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Los Dones de Dios para el Pueblo de Dios. Tómenlos en memoria de que Cristo murió por ustedes, y aliméntense de él en sus corazones, por fe y con agradecimiento.
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HIMNO
Cristo Está Conmigo
(#669, Flor y Canto)
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Oremos.
Eterno Dios, Padre celestial,
en tu bondad nos has aceptado
como miembros vivos de tu Hijo,
nuestro Salvador Jesucristo;
nos has nutrido con alimento espiritual
en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.
Envíanos ahora en paz al mundo;
revístenos de fuerza y de valor para amarte y servirte
con alegría y sencillez de corazón;
por Cristo nuestro Señor. Amén.
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LA BENDICIÓN
La paz de Dios, que excede a todo entendimiento,
guarde sus corazones y mentes en el conocimiento y amor de Dios, y de su Hijo Jesucristo nuestro Señor y la bendición de Dios omnipotente, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sea con ustedes, y more con ustedes eternamente. Amén.
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HIMNO
Juntos Como Hermanos
(#530, Flor y Canto)
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Vayan en paz para amar y servir al Señor.
Demos gracias a Dios.
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