TERCER DOMINGO DE ADVIENTO

Servicio y Lecturas

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Domingo, 12 de DICIEMbre de 2021

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HIMNO

Haced ¡oh fieles todos!
Que brille vuestra fe;
La tarde ya declina
Y empieza a anochecer;
El Cristo ya se acerca,
No tardará en venir;
A media noche él viene,
Luchad por no dormir.

Cantad ¡oh fieles almas
Los himnos del amor!
Hasta llegar alegres
Al atrio del Señor.
La fiesta ya está lista,
Las puertas se abrirán,
Y en la mansión del cielo
Jesús se brindará.

Tú que eres nuestro gozo,
Jesús, ven pronto, ven.
Y con tu luz divina,
Destruye tú a Luzbel;
Con manos levantadas,
Pidámosle, con fe,
Que llegue pronto el día
De verle en el Edén.

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ORACIÓN POR LA TERCERA VELA DE ADVIENTO

Te suplicamos que escuches nuestras oraciones, oh Señor, y por la gracia de tu venida ilumina nuestras mentes oscurecidas: Por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo, ahora y por los siglos.

Amen.

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Bendito sea Dios Padre, Hijo y Espiritu Santo.
Y bendito sea su reino, ahora y por siempre. Amen.

Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos y ningún secreto se halla encubierto: Purifica los pensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente proclamemos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor.

Amén.

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Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a quienes ama el Señor.

Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios,
Rey celestial, Dios Padre todopoderoso.

Señor, Hijo único Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre: Tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros:

Porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.

Oremos.

Suscita tu poder, oh Señor, y con gran potencia ven a nosotros; ya que estamos impedidos penosamente por nuestros pecados, haz que tu abundante gracia y misericordia nos ayuden y libren prontamente; por Jesucristo nuestro Señor, a quien contigo y el Espíritu Santo, sea el honor y la gloria, ahora y por siempre.

Amén.

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LA PRIMERA LECTURA
Sofonías 3:14–20

Lectura del libro del profeta Sofonías.

¡Canta, ciudad de Sión!
¡Da voces de alegría, pueblo de Israel!
¡Alégrate, Jerusalén,
alégrate de todo corazón!

El Señor ha retirado la sentencia contra ti
y ha rechazado a tus enemigos.

El Señor, el Rey de Israel, está en medio de ti:
ya no tendrás que temer mal alguno.

En aquel tiempo se dirá a Jerusalén:
«¡No tengas miedo, Sión,
ni dejes que tus manos queden sin fuerzas!»

El Señor tu Dios está en medio de ti;
¡él es poderoso, y te salvará!

El Señor estará contento de ti.

Con su amor te dará nueva vida;
en su alegría cantará
como en día de fiesta.

Dice el Señor:
«Yo te libraré entonces del mal que te amenace,
de la vergüenza que pese sobre ti.

En aquel tiempo actuaré
en contra de todos los que te oprimen.

Ayudaré a la oveja que cojea
y recogeré a la extraviada;
convertiré en honor y fama,
en toda la tierra,
los desprecios que les hicieron.

En aquel tiempo
los traeré a ustedes, los reuniré;
haré que cambie su suerte,
y les daré fama y honor
entre todos los pueblos de la tierra.

Yo, el Señor, lo he dicho.»  

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

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CÁNTICO 2
Primer Cántico de Isaías

He aquí es Dios quien me salva; *
confiaré en él y no temeré.

Mi fortaleza y mi refugio es el Señor; *
él se hizo mi Salvador.

Sacarán ustedes aguas con júbilo *
de las fuentes de salvación.

Aquel día dirán: *
Den gracias al Señor e invoquen su Nombre.

Cuenten a los pueblos sus hazañas; *
pregonen que su Nombre es excelso.

Canten alabanzas al Señor, porque ha hecho cosas sublimes, *
y esto es conocido por toda la tierra.

Vitoreen, habitantes de Sión, con gritos de júbilo, *
porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.

 Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

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LA SEGUNDA LECTURA
Filipenses 4:4–7

Lectura de la carta de San Pablo a los Filipenses.

Alégrense siempre en el Señor. Repito: ¡Alégrense! Que todos los conozcan a ustedes como personas bondadosas. El Señor está cerca.

No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también. Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús.

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

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HIMNO

Iglesia de Cristo, reanima tu amor,
Y alegre en la noche espera al Señor.
Jesús, el esposo, vestido de honor,
Viniendo se anuncia con fuerte clamor.

Si falta en algunos el santo fervor,
La fe sea en todos el despertador.
Velad, compañeros, velad con fervor,
Que está con nosotros el Consolador.

El hombre en sus males, infiel pecador,
Se entrega en los brazos de un sueño traidor;
Mas el que es amado del buen Salvador,
Velar esperando prefiere mejor.

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EL EVANGELIO
San Lucas 3:7–18

El Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Lucas.
¡Gloria a ti, Cristo Señor!

Cuando la gente salía para que Juan los bautizara, él les decía: «¡Raza de víboras! ¿Quién les ha dicho a ustedes que van a librarse del terrible castigo que se acerca? Pórtense de tal modo que se vea claramente que se han vuelto al Señor, y no vayan a decir entre ustedes: “¡Nosotros somos descendientes de Abraham!”; porque les aseguro que incluso a estas piedras Dios puede convertirlas en descendientes de Abraham. Además, el hacha ya está lista para cortar los árboles de raíz. Todo árbol que no da buen fruto, se corta y se echa al fuego.»

Entonces la gente le preguntó: —¿Qué debemos hacer?

Juan les contestó: —El que tenga dos trajes, dele uno al que no tiene ninguno; y el que tenga comida, compártala con el que no la tiene.

Se acercaron también para ser bautizados algunos de los que cobraban impuestos para Roma, y le preguntaron a Juan: —Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?

Juan les dijo: —No cobren más de lo que deben cobrar.

También algunos soldados le preguntaron: —Y nosotros, ¿qué debemos hacer?

Les contestó: —No le quiten nada a nadie, ni con amenazas ni acusándolo de algo que no haya hecho; y confórmense con su sueldo.

La gente estaba en gran expectativa, y se preguntaba si tal vez Juan sería el Mesías; pero Juan les dijo a todos: «Yo, en verdad, los bautizo con agua; pero viene uno que los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Él es más poderoso que yo, que ni siquiera merezco desatarle la correa de sus sandalias. Trae su aventador en la mano, para limpiar el trigo y separarlo de la paja. Guardará el trigo en su granero, pero quemará la paja en un fuego que nunca se apagará.»

De este modo, y con otros muchos consejos, Juan anunciaba la buena noticia a la gente.

El Evangelio del Señor.
Te alabamos, Cristo Señor.

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El SERMÓN

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EL CREDO NICENO

Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.

Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre.

Por nuestra causa
fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato:
padeció y fue sepultado.
Resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar
a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creemos en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.

Creemos en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.

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ORACIÓN DE FIELES (Fórmula VI)

En paz oramos a ti, Señor Dios.

SILENCIO

Por todos los seres humanos en su vida y trabajo diarios;
Por nuestras familias, amigos y vecinos, y por los que están solos.

Por esta comunidad, por esta nación, y por el mundo entero;
Por cuantos trabajan por la justicia, la libertad y la paz.

Por el uso justo y adecuado de tu creación;
Por las víctimas del hambre, el temor, la injusticia y la opresión.

Por cuantos se hallan en peligro, tristeza, o cualquier otra adversidad;
Por los que ministran a los enfermos, a los desamparados y a los necesitados.

Por la paz y unidad de la Iglesia de Dios;
Por todos los que proclaman el Evangelio, y cuantos buscan la Verdad.

Por Michael nuestro Primado, por Andy, Allen, and Mary nuestros obispos, y por todos los obispos y demás ministros;
Por todos los que sirven a Dios en su Iglesia.

Por las necesidades e intereses especiales de esta congregación.

PAUSA

Atiéndenos, Señor;
Porque grande es tu misericordia.

Te damos gracias, Señor, por todas las bendiciones de esta vida.

PAUSA

Te exaltaremos, oh Dios nuestro Rey;
Y alabaremos tu Nombre para siempre.

Te pedimos por todos los que han muerto, para que tengan un lugar en tu reino eterno.

PAUSA

Señor, concédeles tu misericordia;
Porque en ti han confiado.

También te pedimos por el perdón de nuestros pecados.

SILENCIO

Ten misericordia de nosotros, Padre de toda bondad; en tu compasión perdona nuestros pecados, los conocidos y los desconocidos; lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. Sustenta a tus siervos con tu Espíritu,  para que vivamos y te sirvamos en novedad de vida, para honra y gloria de tu Nombre; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de ustedes, perdone todos sus pecados por Jesucristo nuestro Señor, les fortalezca en toda bondad y, por el poder del Espíritu Santo, les conserve en la vida eterna.

Amén.

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les doy": No mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia; y concédenos la paz y la unidad de esa Ciudad celestial; donde con el Padre y el Espíritu Santo tú vives y reinas ahora y por siempre.

Amén.

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La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.

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LOS ANUNCIOS

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SANTA COMUNIÓN

Si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. (San Mateo 5:23, 24 )

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HIMNO

Mil gracias al Señor,
Entonen nuestras voces;
El mundo suyo es,
Mas él nos das sus goces;
El desde mi niñez
Me ha dado protección,
Y dones sin cesar,
Y siempre con amor.

Que siempre ¡buen Señor!
Estés a nuestro lado,
A fin de poseer
Tu paz y gozo santo;
Busquemos tu Amistad
Y santa dirección,
Y tú nos librarás
De todo mal, Señor.

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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.

Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.

Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.

En verdad es digno, justo y saludable, darte gracias, en todo tiempo y lugar, Padre omnipotente, Creador de cielo y tierra.

Porque enviaste a tu amado Hijo para redimirnos del pecado y de la muerte, y para hacernos en él herederos de la vida eterna; para que, cuando vuelva en poder y gran triunfo a juzgar al mundo, nos gocemos contemplando su manifestación, sin temor ni vergüenza.

Por tanto, te alabamos, uniendo nuestras voces con los Ángeles y Arcángeles, y con todos los coros celestiales que, proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:

Santo, santo, santo mi corazón te adora, 
Mi corazón solo sabe decir, Santo eres tu 
Santo, santo, santo mi corazón te adora, 
Mi corazón solos sabe decir, Santo eres tu

Te damos gracias, oh Dios, por la bondad y el amor que tú nos has manifestado en la creación; en el llamado a Israel para ser tu pueblo; en tu Verbo revelado a través de los profetas; y, sobre todo, en el Verbo hecho carne,  Jesús, tu Hijo. Pues en la plenitud de los tiempos le has enviado para que se encarnara de María la Virgen a fin de ser el Salvador y Redentor del mundo. En él, nos has librado del mal, y nos has hecho dignos de estar en tu presencia. En él, nos has sacado del error a la verdad, del pecado a la rectitud, y de la muerte a la vida.

En la víspera de su muerte por nosotros, nuestro Señor Jesucristo tomó pan; y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: "Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío".

Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y dijo: "Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío".

Por tanto, oh Padre, según su mandato,

Recordamos su muerte,
Proclamamos su resurrección,
Esperamos su venida en gloria;

Y te ofrecemos nuestro sacrificio de alabanza y acción de gracias, Señor de todos; ofreciéndote, de tu creación, este pan y este vino.

Te suplicamos, Dios bondadoso, que envíes tu Espíritu Santo sobre estos dones, para que sean el Sacramento del Cuerpo de Cristo y su Sangre del nuevo Pacto. Unenos a tu Hijo en su sacrificio, a fin de que, por medio de él, seamos aceptables, siendo santificados por el Espíritu Santo. En la plenitud de los tiempos, sujeta todas las cosas a tu Cristo y llévanos a la patria celestial donde, con todos tus santos, entremos en la herencia eterna de tus hijos; por Jesucristo nuestro Señor, el primogénito de toda la creación, la cabeza de la Iglesia, y el autor de nuestra salvación.

Por él, y con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, tuyos son el honor y la gloria, Padre omnipotente, ahora y por siempre.

AMEN.

Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó:

Padre nuestro tú que estás en los que aman la verdad,
has que el reino que por Ti se dio llegue pronto a nuestro corazón,
que el amor, que tu hijo, nos dejó, ese amor... reine ya en nosotros.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo. 
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Y en el pan de la unidad, Cristo danos Tú la paz y olvídate de nuestro mal,
si olvidamos el de los demás, no permitas, que caigamos en tentación...
oh señor... y ten piedad... del mundo.

Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros.
¡Celebremos la fiesta!

Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.

Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
danos tu paz.

Los Dones de Dios para el Pueblo de Dios. Tómenlos en memoria de que Cristo murió por ustedes, y aliméntense de él en sus corazones, por fe y con agradecimiento.

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Saludo a Jesús Sacramentado

Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.

Os amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma,  pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a mi corazón. 

Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti.   

Oh Pan celestial, gran Sacramento, te adoro y te alabo en todo momento.

Amén.

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HIMNO

Obediente a tu mandato,
participa hoy tu grey
de tu cena y con gozo
Renovamos nuestra fe.
Lo que hiciste en el Calvario
por el pobre pecador,

Recordamos tus angustias,
¡oh divino Redentor!,
y la copa de amargura
que por todo pecador
en el Gólgota apuraste,
despreciando tu dolor.

Gracias, ¡oh Jesús!, te damos,
en tu santa comunion;
en tu gracia disfrutamos
tu clemencia, tu favor.
tuya fue la cruz, mas nuestra
es la dicha y es la paz.

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Oremos.

Eterno Dios, Padre celestial,
en tu bondad nos has aceptado
como miembros vivos de tu Hijo,
nuestro Salvador Jesucristo;
nos has nutrido con alimento espiritual
en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.
Envíanos ahora en paz al mundo;
revístenos de fuerza y de valor para amarte
y servirte con alegría y sencillez de corazón;
por Cristo nuestro Señor.

AMÉN.

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BENDICIÓN DE ADVIENTO

Nuestra ayuda está en el Nombre del Señor;
El creador del cielo y la tierra.

Bendito sea el Nombre del Señor;
De ahora y para siempre.

La bendición, la misericordia y la gracia de Dios Todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo
sean con ustedes
y permanezcan con ustedes para siempre.
Amén.

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HIMNO

A Jesucristo ven sin tardar,
Que entre nosotros hoy él está;
Y te convida con dulce afán,
Tierno, diciendo: Ven. 

Oh! cuán grata nuestra reunión,
Cuando allá, Señor, en tu mansión,
Contigo estemos en comunión,
Gozando eterno bien.

Piensa que él solo puede colmar
Tu triste pecho de gozo y paz;
Y porque anhela tu bienestar,
Vuelve a decirte: Ven.

Oh! cuán grata nuestra reunión,
Cuando allá, Señor, en tu mansión,
Contigo estemos en comunión,
Gozando eterno bien.

Su voz escucha sin vacilar,
Y grato acepta lo que hoy te da;
Tal vez mañana no habrá lugar;
No te detengas: Ven.

Oh! cuán grata nuestra reunión,
Cuando allá, Señor, en tu mansión,
Contigo estemos en co
munión,
Gozando eterno bien.

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DESPEDIDA

Vayan en paz para amar y servir al Señor
Demos gracias a Dios.