PRIMERO DOMINGO DE CUARESMA
Servicio y Lecturas
DOMINGO, 06 DE MARZO DE 2022, a las 12:00
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HIMNO
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitás en el cielo;
a ti levanto mis ojos,
porque espero tu misericordia.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores
así están nuestros ojos en el Señor,
esperando su misericordia.
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitás en el cielo;
a ti levanto mis ojos,
porque espero tu misericordia.
Como está los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos en el Señor,
esperando su misericordia.
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitás en el cielo;
a ti levanto mis ojos,
porque espero tu misericordia.
Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de burlas;
misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitás en el cielo;
a ti levanto mis ojos,
porque espero tu misericordia.
Nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos;
nuestra alma está saciada
del desprecio de los orgullosos.
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitás en el cielo;
a ti levanto mis ojos,
porque espero tu misericordia.
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Bendigan al Señor, quien perdona todos nuestros pecados.
Para siempre es su misericordia.
Jesús dijo: "El primer mandamiento es éste: Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos". San Marcos 12:29-31
Confesemos nuestros pecados contra Dios y contra nuestro prójimo.
Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.
Dios omnipotente tenga misericordia de ustedes, perdone todos sus pecados por Jesucristo nuestro Señor, les fortalezca en toda bondad y, por el poder del Espíritu Santo, les conserve en la vida eterna.
Amén.
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Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Oremos.
Omnipotente Dios, cuyo bendito Hijo fue llevado por el Espíritu para ser tentado por Satanás: Apresúrate a socorrer a los que somos atacados por múltiples tentaciones; y así como tú conoces las flaquezas de cada uno de nosotros, haz que cada uno te halle poderoso para salvar; por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
Amén.
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LA PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Deuteronomio.
Moisés dijo al pueblo:
«Cuando hayas entrado en la tierra que el Señor tu Dios te va a dar en propiedad, y te hayas establecido en ella, tomarás los primeros frutos de la cosecha que te dé la tierra, y los llevarás en una cesta al lugar que el Señor tu Dios haya escogido como residencia de su nombre. Allí te presentarás al sacerdote en funciones, y le dirás: “Yo declaro hoy, ante el Señor mi Dios, que ya he entrado en el país que el Señor juró a nuestros antepasados que nos daría.” El sacerdote tomará la cesta que tú le entregues, y la pondrá ante el altar del Señor tu Dios; entonces pronunciarás ante el Señor tu Dios la siguiente declaración:
»“Mis antepasados fueron un pequeño grupo de arameos errantes, que emigraron a Egipto y se quedaron a vivir allí, convirtiéndose después en una nación grande, poderosa y numerosa. Pero los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos hicieron sufrir cruel esclavitud. Entonces pedimos al Señor y Dios de nuestros padres que nos ayudara, y él escuchó nuestras súplicas, y vio la miseria, los trabajos y la opresión de que éramos víctimas; desplegó su gran poder y, en medio de un gran terror y de acontecimientos extraordinarios, nos sacó de Egipto y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra donde la leche y la miel corren como el agua. Por eso traigo ahora los primeros frutos de la tierra que el Señor me ha dado.”
»En seguida pondrás la cesta delante del Señor tu Dios y te arrodillarás en su presencia. Después harás fiesta por todos los bienes que el Señor tu Dios te ha dado a ti y a tu familia. También se unirán a tu alegría los levitas y los extranjeros que vivan entre ustedes.»
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
EL SALMO
Salmo 91
El que habita al abrigo del Altísimo, *
mora bajo la sombra del Omnipotente.
Dirá al Señor: “Refugio mío y castillo mío, *
mi Dios, en quien confío”.
Porque hiciste del Señor tu refugio, *
del Altísimo, tu habitación,
No te sobrevendrá mal alguno, *
ni plaga tocará tu morada.
Pues a sus ángeles mandará cerca de ti, *
que te guarden en todos tus caminos.
En las manos te llevarán, *
para que tu pie no tropiece en piedra.
Sobre el león y el áspid pisarás; *
hollarás al cachorro del león y a la serpiente.
“Por cuanto ha hecho pacto de amor conmigo, yo lo libraré; *
lo protegeré, por cuanto ha conocido mi Nombre.
Me invocará, y yo le responderé; *
con él estaré en la angustia; lo libraré, y le glorificaré.
Lo saciaré de largos días, *
y le mostraré mi salvación”.
LA SEGUNDA LECTURA
Lectura de la Carta a los Romanos.
La palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón.» Esta palabra es el mensaje de fe que predicamos. Si con tu boca reconoces a Jesús como Señor, y con tu corazón crees que Dios lo resucitó, alcanzarás la salvación. Pues con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se reconoce a Jesucristo para alcanzar la salvación.
La Escritura dice: «El que confíe en él, no quedará defraudado.» No hay diferencia entre los judíos y los no judíos; pues el mismo Señor es Señor de todos, y da con abundancia a todos los que lo invocan. Porque esto es lo que dice: «Todos los que invoquen el nombre del Señor, alcanzarán la salvación.»
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
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HIMNO
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
Tu me guias por sendas de justicia,
Me ensenas la verdad.
Tu me das el valor para la lucha,
Sin miedo avanzare.
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
Iluminas las sombras de mi vida,
al mundo das a luz.
Aunque pase por valles de tinieblas,
Yo nunca temere.
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
El Señor es la fuerza de su pueblo
Su gran libertador
Tu le haces vivir en confianza
Seguro de tu poder.
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
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EL EVANGELIO
San Marcos 8:31–38
El Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Lucas.
¡Gloria a ti, Cristo Señor!
Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del río Jordán, y el Espíritu lo llevó al desierto. Allí estuvo cuarenta días, y el diablo lo puso a prueba. No comió nada durante esos días, así que después sintió hambre. El diablo entonces le dijo: —Si de veras eres Hijo de Dios, ordena a esta piedra que se convierta en pan.
Jesús le contestó: —La Escritura dice: “No sólo de pan vivirá el hombre.”
Luego el diablo lo levantó y, mostrándole en un momento todos los países del mundo, le dijo: —Yo te daré todo este poder y la grandeza de estos países. Porque yo lo he recibido, y se lo daré al que quiera dárselo. Si te arrodillas y me adoras, todo será tuyo.
Jesús le contestó: —La Escritura dice: “Adora al Señor tu Dios, y sírvele sólo a él.”
Después el diablo lo llevó a la ciudad de Jerusalén, lo subió a la parte más alta del templo y le dijo: —Si de veras eres Hijo de Dios, tírate abajo desde aquí; porque la Escritura dice:
“Dios mandará que sus ángeles te cuiden y te protejan. Te levantarán con sus manos, para que no tropieces con piedra alguna.”
Jesús le contestó: —También dice la Escritura: “No pongas a prueba al Señor tu Dios.”
Cuando ya el diablo no encontró otra forma de poner a prueba a Jesús, se alejó de él por algún tiempo.
El Evangelio del Señor.
Pueblo: Te alabamos, Cristo Señor.
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EL SERMÓN
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EL CREDO NICENO
Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.
Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre.
Por nuestra causa
fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato:
padeció y fue sepultado.
Resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar
a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creemos en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creemos en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.
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ORACIONES DE LOS FIELES - FÓRMULA II
Pido sus oraciones por el pueblo de Dios esparcido por todo el mundo;
por Andy, Alan, y Mary, nuestro(s) Obispo(s);
por esta asamblea; y por todos los ministros y fieles.
Oren por la Iglesia.
Pausa
Pido sus oraciones por la paz;
por la concordia entre las naciones y por el bienestar de todos los pueblos.
Oren por la justicia y la paz.
Pausa
Pido sus oraciones por los pobres, los enfermos, los hambrientos, los oprimidos y los prisioneros.
Oren por los que se hallan en necesidad o tribulación.
Pausa
Pido sus oraciones por cuantos buscan a Dios o un conocimiento más profundo de él.Oren para que le encuentren y sean encontrados por él.
Pausa
Pido sus oraciones por los que han partido de esta vid. [especialmente por _____].
Oren por los difuntos.
Pausa
Pido sus oraciones por _________
Pausa
Pido que den gracias por ________
Pausa
Alaben a Dios por aqu llos de todas las generaciones en quienes Cristo ha sido glorificado. Oren para que también nosotros recibamos la gracia de glorificar a Cristo en nuestro tiempo.
Pausa
Padre celestial, tú has prometido escuchar lo que pidamos en Nombre de tu Hijo: Acepta y cumple nuestras peticiones, te suplicamos, no como te lo pedimos en nuestra ignorancia ni como lo merecemos por nuestro pecado, sino como tú nos conoces y amas en tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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LA PAZ
La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.
LOS ANUNCIOS
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SANTA COMUNIÓN
Presentemos al Señor con alegría las ofrendas
y oblaciones de nuestra vida y de nuestro trabajo.
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HIMNO
Piedad de mí, Señor, en tu bondad
por tu amor borra mi culpa.
Que mi alma queded limpia de malicia;
Purifícame, dame tu perdón.
Pues mi pecado yo bien lo conozco,
nunca se aparta de mi mente, de mi ser.
Lo que es malo ante tus ojos eso hice.
contra ti contra ti sólo pequé.
Piedad de mí, Señor, en tu bondad
por tu amor borra mi culpa.
Que mi alma queded limpia de malicia;
Purifícame, dame tu perdón.
Señor, enséñame en secreto
lo que es sabio, rocíame y limpio quedaré.
De la muerte persérvame, Dios bueno,
y con mis labios tu nombre alabaré.
Piedad de mí, Señor, en tu bondad
por tu amor borra mi culpa.
Que mi alma queded limpia de malicia;
Purifícame, dame tu perdón.
Una corazón contrito te presento,
renuévame, lávame, Señor.
Que mi alma quede libre de pecado,
ten piedad de mí, dame tu perdón.
Piedad de mí, Señor, en tu bondad
por tu amor borra mi culpa.
Que mi alma queded limpia de malicia;
Purifícame, dame tu perdón.
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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.
Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.
En verdad es digno, justo y saludable, darte gracias, en todo tiempo y lugar, Padre omnipotente, Creador de cielo y tierra. Por nuestro Señor Jesucristo; quien en todo fue tentado como nosotros, mas nunca cometió pecado. Por su gracia podemos triunfar sobre todo mal y no vivir ya más para nosotros, sino para él, que murió y resucitó por nosotros. Por tanto te alabamos, uniendo nuestras voces con los Angeles y Arcángeles, y con todos los coros celestials que, proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:
Santo, santo, santo, es el Señor, Dios del universo.
Llenos están, el cielo y la tierra de tu gloria. (2x)
Hosanna en el cielo.(2x)
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo. (2x)
Padre Santo y bondadoso: En tu amor infinito nos hiciste para ti, y cuando caímos en pecado y quedamos esclavos del mal y de la muerte, tú, en tu misericordia, enviaste a Jesucristo, tu Hijo único y eterno, para compartir nuestra naturaleza humana, para vivir y morir como uno de nosotros, y así reconciliarnos contigo, el Dios y Padre de todos. Extendió sus brazos sobre la cruz y se ofreció en obediencia a tu voluntad, un sacrificio perfecto por todo el mundo.
En la noche en que fue entregado al sufrimiento y a la muerte, nuestro Señor Jesucristo tomó pan; y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: "Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío".
Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y dijo: "Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío".
Por tanto, proclamamos el misterio de fe:
Cristo ha muerto.
Cristo ha resucitado.
Cristo volverá.
Padre, en este sacrificio de alabanza y acción de gracias, celebramos el memorial de nuestra redención. Recordando su muerte, resurrección y ascención, te ofrecemos estos dones.
Santifícalos con tu Espíritu Santo, y así serán para tu pueblo el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, la santa comida y la santa bebida de la vida nueva en él que no tiene fin. Santifícanos también, para que recibamos fielmente este Santo Sacramento y seamos perseverantes en tu servicio en paz y unidad. Y en el día postrero, llévanos con todos tus santos al gozo de tu reino eterno.
Todo esto te pedimos por tu Hijo Jesucristo. Por él, y con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, tuyos son el honor y la gloria, Padre omnipotente, ahora y por siempre. Amén.
Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, tuyo es el poder, y tuya es la gloria, ahora y por siempre. Amén.
Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros.
Celebremos la fiesta.
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Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar. Os amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Oh Pan celestial, gran Sacramento, te adoro y te alabo en todo momento. Amén.
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Cordero de Dios (2x), que quitas el pecado del mundo,
ten piedad (2x), ten piedad (2x), ten piedad (2x),
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios (2x), que quitas el pecado del mundo,
ten piedad (2x), ten piedad (2x), ten piedad (2x),
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios (2x), que quitas el pecado del mundo,
danos (2x), danos (2x), danos (2x), la paz.
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Los Dones de Dios para el Pueblo de Dios. Tómenlos en memoria de que Cristo murió por ustedes, y aliméntense de él en sus corazones, por fe y con agradecimiento.
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HIMNO
Somos un pueblo que camina
Y juntos caminando podremos alcanzar
Otra ciudad que no se acaba,
Sin penas ni tristezas,
Ciudad de eternidad.
Somos un pueblo que camina,
que marcha por el mundo buscando otra ciudad;
somos errantes peregrinos
en busca de un destino, destino de unidad,
siempre seremos caminantes,
pues sólo caminando podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.
Somos un pueblo que camina
Y juntos caminando podremos alcanzar
Otra ciudad que no se acaba,
Sin penas ni tristezas,
Ciudad de eternidad.
Sufren los hombres mis hermanos,
buscando entre las piedras la parte de su pan.
Sufren los hombres oprimidos,
los hombres que no tienen ni paz ni libertad.
Sufren los hombres mis hermanos,
más Tú vienés con ellos y en ti alcanzarán
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.
Somos un pueblo que camina
Y juntos caminando podremos alcanzar
Otra ciudad que no se acaba,
Sin penas ni tristezas,
Ciudad de eternidad.
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Oremos.
Eterno Dios, Padre celestial, en tu bondad nos has aceptado como miembros vivos de tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo; nos has nutrido con alimento espiritual en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre. Envíanos ahora en paz al mundo; revístenos de fuerza y de valor para amarte y servirte con alegría y sencillez de corazón; por Cristo nuestro Señor. Amén.
Solemne Oración sobre el pueblo
Inclinarse profundamente delante del Señor.
Concede a tu pueblo fiel, Señor muy misericordioso, perdón y paz, para que sea limpio de todos sus pecados y te sirva con mente sosegada; por Cristo nuestro Señor. Amén.
Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.
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Nos despedimos en silencio.
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