DÉCIMO CUARTO DOMINGO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
Domingo, 11 de septiembre de 2022, a las 12:00
Servicio y Lecturas
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HIMNO
Alabaré
(#618, Flor y Canto)
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Bendito sea Dios Padre, Hijo y Espiritu Santo.
Y bendito sea su reino, ahora y por siempre. Amen
Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos y ningún secreto se halla encubierto: Purifica los pensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente proclamemos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor. Amén.
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Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios,
Rey celestial, Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre: Tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros:
Porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Oremos.
Oh Dios, puesto que sin ti no podemos complacerte: Concede, por tu misericordia, que tu Espíritu Santo dirija y gobierne nuestros corazones; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
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LA PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Éxodo.
Entonces el Señor le dijo a Moisés: —Anda, baja, porque tu pueblo, el que sacaste de Egipto, se ha echado a perder. Muy pronto se han apartado del camino que yo les ordené seguir. Se han hecho un becerro de oro fundido, y lo están adorando y presentándole ofrendas; y dicen: “¡Israel, éste es tu dios, que te sacó de Egipto!”
Además, el Señor le dijo a Moisés: —Me he fijado en esta gente, y me he dado cuenta de que son muy tercos. ¡Ahora déjame en paz, que estoy ardiendo de enojo y voy a acabar con ellos! Pero de ti voy a hacer una gran nación.
Moisés, sin embargo, trató de calmar al Señor su Dios con estas palabras: —Señor, ¿por qué vas a arder de enojo contra tu pueblo, el que tú mismo sacaste de Egipto con gran despliegue de poder? ¿Cómo vas a dejar que digan los egipcios: “Dios los sacó con la mala intención de matarlos en las montañas, para borrarlos de la superficie de la tierra”? Deja ya de arder de enojo; renuncia a la idea de hacer daño a tu pueblo. Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo y les dijiste: “Haré que los descendientes de ustedes sean tan numerosos como las estrellas del cielo, y toda esta tierra que les he prometido a ustedes se la daré como su herencia para siempre.”
El Señor renunció a la idea que había expresado de hacer daño a su pueblo.
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
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EL SALMO
Salmo 51
Ten misericordia de mí, oh Dios, conforme a tu bondad; *
conforme a tu inmensa compasión borra mis rebeliones.
Lávame más y más de mi maldad, *
y límpiame de mi pecado;
Porque reconozco mis rebeliones, *
y mi pecado está siempre delante de mí.
Contra ti, contra ti sólo he pecado, *
y he hecho lo malo delante de tus ojos.
Por tanto eres reconocido justo en tu sentencia, *
y tenido por puro en tu juicio.
He aquí, he sido malo desde mi nacimiento, *
pecador desde el vientre de mi madre;
Porque he aquí, amas la verdad más
que la astucia o el saber oculto; *
por tanto, enséñame sabiduría.
Límpiame de mi pecado, y seré puro; *
lávame, y seré más blanco que la nieve.
Hazme oír canciones de gozo y alegría, *
y se regocijará el cuerpo que has abatido.
Esconde tu rostro de mis pecados, *
y borra todas mis maldades.
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, *
y renueva un espíritu firme dentro de mí.
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LA SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta de San Pablo a Timoteo.
Doy gracias a aquel que me ha dado fuerzas, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me ha considerado fiel y me ha puesto a su servicio, a pesar de que yo antes decía cosas ofensivas contra él, lo perseguía y lo insultaba. Pero Dios tuvo misericordia de mí, porque yo todavía no era creyente y no sabía lo que hacía. Y nuestro Señor derramó abundantemente su gracia sobre mí, y me dio la fe y el amor que podemos tener gracias a Cristo Jesús. Esto es muy cierto, y todos deben creerlo: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero Dios tuvo misericordia de mí, para que Jesucristo mostrara en mí toda su paciencia. Así yo vine a ser ejemplo de los que habían de creer en él para obtener la vida eterna. ¡Honor y gloria para siempre al Rey eterno, al inmortal, invisible y único Dios! Amén
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
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HIMNO
Aleluya, Aleluya
(#366, Flor y Canto)
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EL EVANGELIO
El Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Lucas.
¡Gloria a ti, Cristo Señor!
Todos los que cobraban impuestos para Roma y otra gente de mala fama
se acercaban a Jesús, para oírlo. Los fariseos y los maestros de la ley lo criticaban por esto, diciendo: —Éste recibe a los pecadores y come con ellos.
Entonces Jesús les dijo esta parábola: «¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las otras noventa y nueve en el campo y va en busca de la oveja perdida, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, contento la pone sobre sus hombros, y al llegar a casa junta a sus amigos y vecinos, y les dice: “Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido.” Les digo que así también hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
»O bien, ¿qué mujer que tiene diez monedas y pierde una de ellas, no enciende una lámpara y barre la casa buscando con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, y les dice: “Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que había perdido.” Les digo que así también hay alegría entre los ángeles de Dios por un pecador que se convierte.»
El Evangelio del Señor.
Te alabamos, Cristo Señor.
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El SERMÓN
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EL CREDO NICENO
Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.
Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre.
Por nuestra causa
fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato:
padeció y fue sepultado.
Resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar
a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creemos en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creemos en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.
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ORACIÓN DE FIELES
Padre, te suplicamos por tu santa Iglesia Católica.
Que todos seamos uno.
Concede que todos los miembros de la Iglesia te sirvan en verdad y humildad.
Que tu Nombre sea glorificado por todo el género humano.
Te pedimos por todos los obispos, presbíteros y diáconos.
Que sean fieles ministros de tu Palabra y Sacramentos.
Te pedimos por cuantos gobiernan y ejercen autoridad en todas las naciones del mundo.
Que haya justicia y paz en la tierra.
Danos gracia para hacer tu voluntad en todo cuanto emprendamos.
Que nuestras obras sean agradables a tus ojos.
Ten compasión de los que sufren de dolor o angustia.
Que sean librados de sus aflicciones.
Otorga descanso eterno a los difuntos.
Que sobre ellos resplandezca la luz perpetua.
Te alabamos por tus santos que han entrado en el gozo del Señor.
Que también nosotros tengamos parte en tu reino celestial.
Oremos por nuestras necesidades y las necesidades de los demás.
Omnipotente y eterno Dios, que gobiernas todas las cosas en el cielo y en la tierra: Acepta misericordiosamente las oraciones de tu pueblo y fortalécenos para hacer tu voluntad; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Confesemos nuestros pecados contra Dios y contra nuestro prójimo.
Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.
Dios omnipotente tenga misericordia de ustedes, perdone todos sus pecados por Jesucristo nuestro Señor, les fortalezca en toda bondad y, por el poder del Espíritu Santo, les conserve en la vida eterna. Amén.
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LA PAZ
La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.
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LOS ANUNCIOS
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SANTA COMUNIÓN
Anden en amor, como también Cristo nos amó,
y se entregó a sí mismo por nosotros,
ofrenda y sacrificio a Dios. (Efesios 5:2)
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HIMNO
Ofertorio Nicaragüense
(#563, Flor y Canto)
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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.
Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.
Dios de todo poder, Soberano del universo, tú eres digno de gloria y alabanza.
Gloria a ti, ahora y por siempre.
A tu mandato, todas las cosas llegaron a ser: la vasta extensión del espacio interestelar, las galaxias, los soles, los planetas en su trayectoria, y esta frágil tierra, nuestro hogar insular.
Por tu voluntad fueron creadas y tienen su ser.
De los elementos primarios formaste la raza humana y nos bendijiste con la memoria, la razón y la destreza. Nos hiciste soberanos de la creación. Mas nos volvimos contra ti, traicionando tu confianza, y también nos volvimos unos contra otros.
Ten misericordia, Señor, porque somos pecadores delante de ti.
Una y otra vez, nos llamaste a regresar. Por los profetas y los sabios, nos revelaste tu justa Ley. Y en la plenitud de los tiempos enviaste a tu único Hijo, nacido de mujer, para cumplir tu Ley, y abrirnos el camino de libertad y paz.
Por su sangre nos ha reconciliado. Por sus heridas somos sanados.
Por tanto te alabamos, uniéndonos a los coros celestiales, con los profetas, apóstoles y mártires, y con aquéllos de todas las generaciones que te han buscado con esperanza, para proclamar con ellos el incesante himno de tu gloria:
Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. (2x)
Hosanna en el cielo. (2x)
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo. (2x)
Y así, Padre, los que hemos sido redimidos por él y hechos un pueblo nuevo por medio del agua y del Espíritu, traemos ahora ante ti estos dones. Santifícalos por tu Espíritu Santo para que sean el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo.
En la noche en que fue traicionado, tomó pan, dijo la bendición, partió el pan y lo dio a sus amigos, y dijo: "Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío".
Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y dijo: "Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío".
Recordando ahora su obra de redención, y ofreciéndote este sacrificio de acción de gracias,
Celebramos su muerte y resurrección, mientras esperamos el día de su venida.
Señor Dios de nuestros Padres y Madres; Dios de Abrahán y Sara, Isaac y Rebeca Jacob y Raquel, Lía, Bilhá, y Zilpá Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo: Abre nuestros ojos para ver tu mano en el mundo que nos rodea. Líbranos de la. presunción de acercarnos a esta Mesa buscando sólo consuelo y no fortaleza; buscando sólo perdón y no renovación. Que la gracia de esta Santa Comunión nos haga un solo cuerpo, un solo espíritu en Cristo, a fin de que dignamente sirvamos al mundo en su nombre.
Señor resucitado, muéstrate a nosotros en la fracción del Pan.
Padre, acepta estas plegarias y alabanzas, por Jesucristo, nuestro gran Sumo Sacerdote, a quien contigo y el Espíritu Santo, tu Iglesia rinde honor, gloria y adoración de generación en generación. Amén.
Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino, hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino, tuyo es el poder,
y tuya es la gloria, ahora y por siempre. Amén.
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¡Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros!
¡Celebremos la fiesta!
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Jesús mío, creo que eres verdaderamente presente
en el Sagrado Sacramento del Altar.
Te amo encima de todas las cosas,
y te anhelo en mi alma.
Como ahora no te puedo recibir sacramentalmente,
entra al menos espiritualmente en mi corazón.
Como si ya hubieras venido,
te abrazo y me uno completamente a ti;
nunca permitas que me separe de ti. Amén.
(St. Alphonsus de Liguori, 1696-1787)
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Cordero de Dios (2x), que quitas el pecado del mundo, ten piedad (2x),
ten piedad (2x), ten piedad (2x), ten piedad de nosotros. (2x)
Cordero de Dios (2x), que quitas el pecado del mundo,
danos (2x), danos (2x), danos (2x) la paz.
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Los Dones de Dios para el Pueblo de Dios. Tómenlos en memoria de que Cristo murió por ustedes, y aliméntense de él en sus corazones, por fe y con agradecimiento.
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HIMNO
Jesús, El Buen Pastor
(#477, Flor y Canto)
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Oremos.
Eterno Dios, Padre celestial,
en tu bondad nos has aceptado
como miembros vivos de tu Hijo,
nuestro Salvador Jesucristo;
nos has nutrido con alimento espiritual
en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.
Envíanos ahora en paz al mundo;
revístenos de fuerza y de valor para amarte y servirte
con alegría y sencillez de corazón;
por Cristo nuestro Señor. Amén.
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LA BENDICIÓN
La paz de Dios, que excede a todo entendimiento,
guarde sus corazones y mentes en el conocimiento y amor de Dios, y de su Hijo Jesucristo nuestro Señor y la bendición de Dios omnipotente, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sea con ustedes, y more con ustedes eternamente. Amén.
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HIMNO
Juntos Como Hermanos
(#530, El Himnario)
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Vayan en paz para amar y servir al Señor.
Demos gracias a Dios.
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