SEGUNDO DOMINGO DESPUÉS DE NAVIDAD
Servicio y Lecturas
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DOMINGO 2 de ENERO a las 12:00pm
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HIMNO
¡Oh santísimo, felicísimo,
Grato tiempo de Navidad!
Pues el Padre por su Hijo
Su perdón y luz nos da;
Cristo el prometido
Ha por fin venido:
¡Alegría, alegría, cristiandad!
¡Oh santísimo, felicísimo,
Grato tiempo de Navidad!
Pues tenemos ya el camino
De la vida celestial;
Al mundo perdido,
Cristo le ha nacido:
¡Alegría, alegría, cristiandad!
¡Oh santísimo, felicísimo,
Grato tiempo de Navidad!
Pues los ángeles, con sus himnos,
Nos anuncian dicha y paz;
Coros celestiales
Oyen los mortales:
¡Alegría, alegría, cristiandad!
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Bendito sea Dios Padre, Hijo y Espiritu Santo.
Y bendito sea su reino, ahora y por siempre. Amen.
Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos y ningún secreto se halla encubierto: Purifica los pensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente proclamemos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor.
Amén.
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Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios,
Rey celestial, Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre: Tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros:
Porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Oremos.
Oh Dios, que maravillosamente creaste y aún más maravillosamente restauraste la dignidad de la naturaleza humana: Concede que compartamos la vida divina de quien se humilló para compartir nuestra humanidad, tu Hijo Jesucristo; que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
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LA PRIMERA LECTURA
Jeremías 31:7–14
Lectura del libro del profeta Jeremías.
El Señor dice:
«Canten de gozo y alegría por el pueblo de Jacob, la principal entre todas las naciones. Hagan oír sus alabanzas y digan:
“El Señor salvó a su pueblo, lo que quedaba de Israel.”
Voy a hacerlos volver del país del norte, y a reunirlos del último rincón del mundo.
Con ellos vendrán los ciegos y los cojos, las mujeres embarazadas y las que ya dieron a luz; ¡volverá una enorme multitud!
Vendrán orando y llorando. Yo los llevaré a corrientes de agua, por un camino llano, donde no tropiecen. Pues soy el padre de Israel, y Efraín es mi hijo mayor.
»Naciones, escuchen la palabra del Señor y anuncien en las costas lejanas:
“El Señor dispersó a Israel, pero lo reunirá y lo cuidará como cuida el pastor a sus ovejas.” Porque el Señor rescató al pueblo de Jacob, lo libró de una nación más poderosa.
»Vendrán y cantarán de alegría en lo alto de Sión, se deleitarán con los beneficios del Señor: el trigo, el vino y el aceite, las ovejas y las reses.
Serán como una huerta bien regada, y no volverán a perder las fuerzas.
Las muchachas bailarán alegremente, lo mismo que los jóvenes y los viejos.
Yo les daré consuelo: convertiré su llanto en alegría, y les daré una alegría mayor que su dolor.
Haré que los sacerdotes coman los mejores alimentos y que mi pueblo disfrute en abundancia de mis bienes. Yo, el Señor, lo afirmo.»
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
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EL SALMO
Salmo 84
¡Cuán amable tu morada, Señor de los Ejércitos! *
Anhela mi alma y con ardor desea los atrios del Señor;
mi corazón y mi carne se regocijan en el Dios vivo.
El gorrión ha encontrado casa,
y la golondrina nido donde poner sus polluelos: *
en tus altares, oh Señor de los Ejércitos, Rey mío y Dios mío.
¡Dichosos los que habitan en tu casa! *
Perpetuamente te alabarán.
¡Dichosos los que en ti encuentran su fuerza, *
cuyos corazones están resueltos a peregrinar!
Los que atraviesan el valle desolado lo hallan un lugar de fuentes, *
porque la lluvia temprana lo ha cubierto de charcos.
Treparán de baluarte en baluarte, *
y se revelará el Dios de los dioses en Sión.
Señor Dios de los Ejércitos, escucha mi oración; *
atiéndeme, oh Dios de Jacob.
Mira, oh Dios, a nuestro Escudo; *
pon los ojos en el rostro de tu Ungido.
Mejor es pasar un día en tus atrios que mil en mi propia casa; *
vale más estar en el umbral de la casa de mi Dios,
que vivir en las tiendas de los malvados;
Porque sol y escudo es el Señor Dios; *
él dará la gracia y la gloria.
No quitará el Señor ningún bien *
a los que andan en integridad.
¡Oh Señor de los Ejércitos, *
dichosos los que en ti confían!
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LA SEGUNDA LECTURA
Efesios 1:3–6, 15–19a
Lectura de la carta de San Pablo a los Efesios.
Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues en Cristo nos ha bendecido en los cielos con toda clase de bendiciones espirituales. Dios nos escogió en Cristo desde antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos y sin defecto en su presencia. Por su amor, nos había destinado a ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, hacia el cual nos ordenó, según la determinación bondadosa de su voluntad. Esto lo hizo para que alabemos siempre a Dios por su gloriosa bondad, con la cual nos bendijo mediante su amado Hijo. […]
Por esto, como sé que ustedes tienen fe en el Señor Jesús y amor para con todo el pueblo santo, no dejo de dar gracias a Dios por ustedes, recordándolos en mis oraciones. Pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, al glorioso Padre, que les conceda el don espiritual de la sabiduría y se manifieste a ustedes, para que puedan conocerlo verdaderamente. Pido que Dios les ilumine la mente, para que sepan cuál es la esperanza a la que han sido llamados, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da al pueblo santo, y cuán grande y sin límites es su poder, el cual actúa en nosotros los creyentes.
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
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HIMNO
Pastorcitos del monte, venid.
Pastorcitos del valle, llegad.
Y a ese Niño que está en esas pajas
adorad, adorad, adorad. (bis)
Aunque nace chiquitito
en tan humilde portal,
Su Madre es la Virgen pura,
su Padre el Dios celestial. (bis)
Pastorcitos del monte, venid.
Pastorcitos del valle, llegad.
Y a ese Niño que está en esas pajas
adorad, adorad, adorad. (bis)
Sus ojitos son luceros
y sus labios de coral,
Su cuello de plata pura,
su boquita divinal. (bis)
Pastorcitos del monte, venid.
Pastorcitos del valle, llegad.
Y a ese Niño que está en esas pajas
adorad, adorad, adorad. (bis)
Niño Jesús de mi vida,
yo te doy mi corazón,
Y en retorno yo te pido
que me des tu bendición. (bis)
Pastorcitos del monte, venid.
Pastorcitos del valle, llegad.
Y a ese Niño que está en esas pajas
adorad, adorad, adorad. (bis)
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EL EVANGELIO
San Mateo 2:13–15, 19–23
Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo.
¡Gloria a ti, Cristo Señor!
Cuando ya los sabios se habían ido, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José, y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»
José se levantó, tomó al niño y a su madre, y salió con ellos de noche camino de Egipto, donde estuvieron hasta que murió Herodes. Esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi Hijo.» […]
Pero después que murió Herodes, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José, en Egipto, y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y regresa a Israel, porque ya han muerto los que querían matar al niño.»
Entonces José se levantó y llevó al niño y a su madre a Israel. Pero cuando supo que Arquelao estaba gobernando en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá; y habiendo sido advertido en sueños por Dios, se dirigió a la región de Galilea. Al llegar, se fue a vivir al pueblo de Nazaret. Esto sucedió para que se cumpliera lo que dijeron los profetas: que Jesús sería llamado nazareno.
El Evangelio del Señor.
Te alabamos, Cristo Señor.
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EL SERMÓN
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EL CREDO NICENO
Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.
Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre.
Por nuestra causa
fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato:
padeció y fue sepultado.
Resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar
a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creemos en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creemos en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.
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ORACIÓN DE FIELES (Fórmula III)
Padre, te suplicamos por tu santa Iglesia Católica.
Que todos seamos uno.
Concede que todos los miembros de la Iglesia te sirvan en verdad y humildad.
Que tu Nombre sea glorificado por todo el género humano.
Te pedimos por todos los obispos, presbíteros y diáconos.
Que sean fieles ministros de tu Palabra y Sacramentos.
Te pedimos por cuantos gobiernan y ejercen autoridad
en todas las naciones del mundo.
Que haya justicia y paz en la tierra.
Danos gracia para hacer tu voluntad en todo cuanto emprendamos.
Que nuestras obras sean agradables a tus ojos.
Ten compasión de los que sufren de dolor o angustia.
Que sean librados de sus aflicciones.
Otorga descanso eterno a los difuntos.
Que sobre ellos resplandezca la luz perpetua.
Te alabamos por tus santos que han entrado en el gozo del Señor.
Que también nosotros tengamos parte en tu reino celestial.
Oremos por nuestras necesidades y las necesidades de los demás.
SILENCE
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les doy": No mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia; y concédenos la paz y la unidad de esa Ciudad celestial; donde con el Padre y el Espíritu Santo tú vives y reinas ahora y por siempre.
Amén.
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La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.
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LOS ANUNCIOS
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SANTA COMUNIÓN
Anden en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios. (Efesios 5:2)
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HIMNO
En el cielo de Belén
ángeles cantando están
y los ecos por doquier
dan la nueva celestial.
Gloria in excelsis Deo.
Los pastores al oír
tales preces y loor,
se admiraron entre sí
del porque de tal canción
Gloria in excelsis Deo.
Y gozosos prestos van
a la aldea de Belén
y en un mísero portal
vieron al Mesías Rey.
Gloria in excelsis Deo.
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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.
Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.
En verdad es digno, justo y saludable, darte gracias, en todo tiempo y lugar, Padre omnipotente, Creador de cielo y tierra.
Porque nos diste a Jesucristo, tu único Hijo, que se encarnó por nosotros; quien, por el gran poder del Espíritu Santo, fue hecho Hombre perfecto, nacido de la carne de la Virgen María su madre; para que, librados del yugo del pecado, recibamos la potestad de llegar a ser hijos tuyos.
Por tanto, te alabamos, uniendo nuestras voces con los Ángeles y Arcángeles, y con todos los coros celestiales que, proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:
Santo, santo, santo mi corazón te adora,
Mi corazón solo sabe decir, Santo eres tu.
Santo, santo, santo mi corazón te adora,
Mi corazón solos sabe decir, Santo eres tu.
Te damos gracias, oh Dios, por la bondad y el amor que tú nos has manifestado en la creación; en el llamado a Israel para ser tu pueblo; en tu Verbo revelado a través de los profetas; y, sobre todo, en el Verbo hecho carne, Jesús, tu Hijo. Pues en la plenitud de los tiempos le has enviado para que se encarnara de María la Virgen a fin de ser el Salvador y Redentor del mundo. En él, nos has librado del mal, y nos has hecho dignos de estar en tu presencia. En él, nos has sacado del error a la verdad, del pecado a la rectitud, y de la muerte a la vida.
En la víspera de su muerte por nosotros, nuestro Señor Jesucristo tomó pan; y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: "Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío".
Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y dijo: "Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío".
Por tanto, oh Padre, según su mandato,
Recordamos su muerte,
Proclamamos su resurrección,
Esperamos su venida en gloria;
Y te ofrecemos nuestro sacrificio de alabanza y acción de gracias, Señor de todos; ofreciéndote, de tu creación, este pan y este vino.
Te suplicamos, Dios bondadoso, que envíes tu Espíritu Santo sobre estos dones, para que sean el Sacramento del Cuerpo de Cristo y su Sangre del nuevo Pacto. Unenos a tu Hijo en su sacrificio, a fin de que, por medio de él, seamos aceptables, siendo santificados por el Espíritu Santo. En la plenitud de los tiempos, sujeta todas las cosas a tu Cristo y llévanos a la patria celestial donde, con todos tus santos, entremos en la herencia eterna de tus hijos; por Jesucristo nuestro Señor, el primogénito de toda la creación, la cabeza de la Iglesia, y el autor de nuestra salvación.
Por él, y con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, tuyos son el honor y la gloria, Padre omnipotente, ahora y por siempre.
AMEN.
Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó:
Padre nuestro tú que estás en los que aman la verdad,
has que el reino que por Ti se dio llegue pronto a nuestro corazón,
que el amor, que tu hijo, nos dejó, ese amor... reine ya en nosotros.
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.
Y en el pan de la unidad, Cristo danos Tú la paz y olvídate de nuestro mal,
si olvidamos el de los demás, no permitas, que caigamos en tentación...
oh señor... y ten piedad... del mundo.
Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros.
¡Celebremos la fiesta!
Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.
Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
danos tu paz.
Los Dones de Dios para el Pueblo de Dios. Tómenlos en memoria de que Cristo murió por ustedes, y aliméntense de él en sus corazones, por fe y con agradecimiento.
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Saludo a Jesús Sacramentado
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.
Os amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti.
Oh Pan celestial, gran Sacramento, te adoro y te alabo en todo momento.
Amén.
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HIMNO
¡Noche de paz! ¡Noche de amor!
Todo duerme en derredor.
Sólo velan mirando la faz
De su niño, en angélica paz,
José y María en Belén.
¡Noche de paz! ¡Noche de amor!
En el campo al pastor
Coros celestes proclaman salud,
Gracias y glorias en su plenitud
Por nuestro buen Redentor
¡Noche de paz! ¡Noche de amor!
Ved que bello resplandor
Luce en el rostro del niño Jesús.
En el pesebre, del mundo la luz,
¡Astro de eterno fulgor!
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Oremos.
Eterno Dios, Padre celestial,
en tu bondad nos has aceptado
como miembros vivos de tu Hijo,
nuestro Salvador Jesucristo;
nos has nutrido con alimento espiritual
en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.
Envíanos ahora en paz al mundo;
revístenos de fuerza y de valor para amarte
y servirte con alegría y sencillez de corazón;
por Cristo nuestro Señor.
AMÉN.
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SOLEMNE BENDICIÓN DE NAVIDAD
Que Dios Todopoderoso, que envió a su Hijo
a tomar nuestra naturaleza sobre él,
les bendiga en esta época santa,
esparza las tinieblas del pecado e ilumine vuestro corazón
con la luz de su santidad.
Amén.
Que Dios, que envió a sus ángeles
a anunciar la feliz noticia del nacimiento del Salvador,
les llene de gozo y les haga heraldos del Evangelio.
Amén.
Que Dios, que en el Verbo se hizo carne,
unió el cielo a la tierra y a la tierra al cielo, os dé su paz y su favor.
Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,
sea con ustedes y permanezca siempre con ustedes.
Amén.
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HIMNO
Escucha, hermano, la canción de la alegría
El canto alegre del que espera un nuevo día
Ven, canta, sueña cantando
Vive soñando el nuevo sol
En que los hombres volverán a ser hermanos
Ven, canta, sueña cantando
Vive soñando el nuevo sol
En que los hombres volverán a ser hermanos
Si en tu camino solo existe la tristeza
Y el llanto amargo de la soledad completa
Ven, canta, sueña cantando
Vive soñando el nuevo sol
En que los hombres volverán a ser hermanos.
Ven, canta, sueña cantando
Vive soñando el nuevo sol
En que los hombres volverán a ser hermanos
Si es que no encuentras la alegría en está tierra
Búscala, hermano, más allá de las estrellas
Ven, canta, sueña cantando
Vive soñando el nuevo sol
En que los hombres volverán a ser hermanos.
Ven, canta, sueña cantando
Vive soñando el nuevo sol
En que los hombres volverán a ser hermanos
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DESPEDIDA
Vayan en paz para amar y servir al Señor
Demos gracias a Dios.
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