DOMINGO DE LA TRINIDAD/
DOMINGO DEL DÍA DE LOS RECUERDOS
Servicio y Lecturas

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Malik Jardine, Organist

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HIMNO
”Despunta el alba”

!Oh Padre, eterno Dios !
Alzamos nuestra voz
En gratitud,
De cuanto tú nos das
Con sin igual amor,
Hallando nuestra paz
En tí Señor.

!Bendito Salvador!
Te damos con amor
El corazón,
Y aquí nos puedes ver
Que humildes en tu altar
Venimos a ofrecer
Precioso don.

!Espiritu de Dios!
Escucha nuestra voz,
Y tu bondad
Derrame en nuestro ser,
Divina claridad,
Para poder vivir
En santidad.

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¡Aleluya! Cristo ha resucitado.
¡Es verdad! El Señor ha resucitado. ¡Aleluya!

Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos y ningún secreto se halla encubierto: Purifica los pensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente proclamemos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor. Amén.

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Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a quienes ama el Señor.

Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios,
Rey celestial, Dios Padre todopoderoso.

Señor, Hijo único Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre: Tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros:

Porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.

Oremos.

Dios omnipotente y eterno, que por la confesión de una fe verdadera nos diste a tus siervos la gracia de reconocer la gloria de la Trinidad eterna, y de adorar la Unidad en el poder de tu divina Majestad: Consérvanos firmes en esta fe y adoración, y llévanos al fin a contemplarte en tu sola y eterna gloria; tú que vives y reinas, un solo Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

ORACIÓN POR EL DÍA DE RECORDACIÓN

Dios Todopoderoso, hoy encomendamos a tu gracia eterna a todos los que han muerto en el servicio de nuestro país, tanto en casa como en el extranjero, y oramos también por consuelo para aquellos que han perdido a sus seres queridos. Recordamos a todos los que resultaron heridos y a los que fueron afectados para siempre por su servicio, ya todos los que los aman y los cuidan a ellos.

Finalmente, encomendamos a tu cuidado a todos los hombres y mujeres de nuestras fuerzas armadas que esta en el país y en el extranjero. Defiéndelos día a día con tu gracia celestial; fortalécelos en sus pruebas y tentaciones; dales valor para afrontar los peligros que les acechan; y concédeles un sentido de tu presencia permanente dondequiera que ellos se encuentren; todo esto te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

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LA PRIMERA LECTURA
Isaías 6:1–8

Lectura del Libro de Isaías

El año en que murió el rey Ozías, vi al Señor sentado en un trono muy alto; el borde de su manto llenaba el templo. Unos seres como de fuego estaban por encima de él. Cada uno tenía seis alas. Con dos alas se cubrían la cara, con otras dos se cubrían la parte inferior del cuerpo y con las otras dos volaban. Y se decían el uno al otro:

«Santo, santo, santo es el Señor todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria.»

Al resonar esta voz, las puertas del templo temblaron, y el templo mismo se llenó de humo. Y pensé: «¡Ay de mí, voy a morir! He visto con mis ojos al Rey, al Señor todopoderoso; yo, que soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios impuros.»

En ese momento uno de aquellos seres como de fuego voló hacia mí. Con unas tenazas sostenía una brasa que había tomado de encima del altar, y tocándome con ella la boca, me dijo:

«Mira, esta brasa ha tocado tus labios.
Tu maldad te ha sido quitada,
tus culpas te han sido perdonadas.»

Entonces oí la voz del Señor, que decía:
«¿A quién voy a enviar?
¿Quién será nuestro mensajero?»

Yo respondí:
«Aquí estoy yo, envíame a mí.» 

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

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CÁNTICO 6:
CÁNTICO DE ALABANZA

Bendito eres tú, Señor Dios de nuestros padres; *
digno de alabanza, eres bendito.

Bendito el fulgor de tu santo Nombre, *
alabado y exaltado sobre todo para siempre.

 Bendito eres en el templo de tu santa gloria, *
en el trono de tu reino eres bendito.

Bendito eres, sentado sobre querubines, *
alabado y exaltado sobre todo para siempre.

 Bendito tú, que sondeas los abismos; *
en la bóveda celeste eres bendito.

Bendito tú: Padre, Hijo y Espíritu Santo, *
alabado y exaltado sobre todo para siempre.

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LA SEGUNDA LECTURA
Romanos 8:12–17

Lectura de la Carta de San Pablo a los Romanos

Así pues, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir según las inclinaciones de la naturaleza débil. Porque si viven ustedes conforme a tales inclinaciones, morirán; pero si por medio del Espíritu hacen ustedes morir esas inclinaciones, vivirán.

Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios. Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud que los lleve otra vez a tener miedo, sino el Espíritu que los hace hijos de Dios. Por este Espíritu nos dirigimos a Dios, diciendo: «¡Abbá! ¡Padre!» Y este mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que ya somos hijos de Dios. Y puesto que somos sus hijos, también tendremos parte en la herencia que Dios nos ha prometido, la cual compartiremos con Cristo, puesto que sufrimos con él para estar también con él en su gloria.

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

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HIMNO
”Gloriosos ángeles, alzad”

Gloriosos ángeles, alzad,
el canto ardiente inmortal,
el gozoso aleluya;
al Soberano, eterno amor,
Que os baña de su resplandor.
¡Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya, aleluya!

 Más alta que el querubín,
más bella que el serafín,
canta el tierno aleluya.
Preces tributa en su honor,
excelsa Madre del Señor.
¡Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya, aleluya!

Sublimes mártires de Dios,
triunfante vibre vuestra voz;
¡Aleluya, aleluya!
Apóstoles, cantad también
el triunfo del eterno bien.
¡Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya, aleluya!

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EL EVANGELIO
San Juan 3:1–17

El Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan.
¡Gloria a ti, Cristo Señor!

Había un fariseo llamado Nicodemo, que era un hombre importante entre los judíos. Éste fue de noche a visitar a Jesús, y le dijo: —Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, porque nadie podría hacer los milagros que tú haces, si Dios no estuviera con él.

Jesús le dijo: —Te aseguro que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

Nicodemo le preguntó: —¿Y cómo puede uno nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso podrá entrar otra vez dentro de su madre, para volver a nacer?

Jesús le contestó: —Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de padres humanos, es humano; lo que nace del Espíritu, es espíritu. No te extrañes de que te diga: “Todos tienen que nacer de nuevo.” El viento sopla por donde quiere, y aunque oyes su ruido, no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así son también todos los que nacen del Espíritu.

Nicodemo volvió a preguntarle: —¿Cómo puede ser esto?

Jesús le contestó: —¿Tú, que eres el maestro de Israel, no sabes estas cosas? Te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos, y somos testigos de lo que hemos visto; pero ustedes no creen lo que les decimos. Si no me creen cuando les hablo de las cosas de este mundo, ¿cómo me van a creer si les hablo de las cosas del cielo?

»Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo; es decir, el Hijo del hombre. Y así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también el Hijo del hombre tiene que ser levantado, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.

»Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.

El Evangelio del Señor.
Te alabamos, Cristo Señor.

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El SERMÓN

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EL CREDO NICENO

Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.

Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos: 
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre.

Por nuestra causa
fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato:
padeció y fue sepultado.
Resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar
a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creemos en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.

Creemos en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.

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ORACIÓN DE FIELES (Fórmula VI)

En paz oramos a ti, Señor Dios.

Silencio

Por todos los seres humanos en su vida y trabajo diarios;
Por nuestras familias, amigos y vecinos, y por los que están solos.

Por esta comunidad, por esta nación, y por el mundo entero;
Por cuantos trabajan por la justicia, la libertad y la paz.

Por el uso justo y adecuado de tu creación;
Por las víctimas del hambre, el temor, la injusticia y la opresión.

Por cuantos se hallan en peligro, tristeza, o cualquier otra adversidad;
Por los que ministran a los enfermos, a los desamparados y a los necesitados.

Por la paz y unidad de la Iglesia de Dios;
Por todos los que proclaman el Evangelio, y cuantos buscan la Verdad.

Por Michael nuestro Primado, por  Andy, Allen, and Mary  nuestros obispos, y por todos los obispos y demás ministros;
Por todos los que sirven a Dios en su Iglesia.

Por las necesidades e intereses especiales de esta congregación.

Pausa

Atiéndenos, Señor;
Porque grande es tu misericordia.

Te damos gracias, Señor, por todas las bendiciones de esta vida.

Pausa

Te exaltaremos, oh Dios nuestro Rey;
Y alabaremos tu Nombre para siempre.

Te pedimos por todos los que han muerto, para que tengan un lugar en tu reino eterno.

Pausa

Señor, concédeles tu misericordia;
Porque en ti han confiado.

También te pedimos por el perdón de nuestros pecados.

Silencio

Ten misericordia de nosotros, Padre de toda bondad; en tu compasión perdona nuestros pecados, los conocidos y los desconocidos; lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. Sustenta a tus siervos con tu Espíritu,  para que vivamos y te sirvamos en novedad de vida, para honra y gloria de tu Nombre; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de ustedes, perdone todos sus pecados por Jesucristo nuestro Señor, les fortalezca en toda bondad y, por el poder del Espíritu Santo, les conserve en la vida eterna.

Amén.

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les doy": No mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia; y concédenos la paz y la unidad de esa Ciudad celestial; donde con el Padre y el Espíritu Santo tú vives y reinas ahora y por siempre.

Amén.

La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.

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LOS ANUNCIOS

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SANTA COMUNIÓN

Anden en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios. (Efesios 5:2)

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HIMNO
”¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! Señor Omnipotente”

¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! Señor Omnipotente,
Siempre el labio mío loores te dará;
¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! te adoro reverente,
Dios en tres Personas, bendita Trinidad.

¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! la inmensa muchedumbre,
De ángeles que cumplen tu santa voluntad,
Ante ti se postra bañada de tu lumbre,
Ante ti, que has sido, que eres y serás.

¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! por más que estés velado,
E imposible sea tu gloria contemplar;
Santo tú eres solo y nada hay a tu lado,
En poder perfecto, pureza y caridad

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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.

Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.

Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.

En verdad es digno, justo y saludable, darte gracias, en todo tiempo y lugar, Padre omnipotente, Creador de cielo y tierra.

Porque con tu Hijo y Espíritu Santo coeternos, eres un solo Dios, un solo Señor, en Trinidad de Personas y en Unidad de Substancia; y celebramos la única e igual gloria que tienes tú, oh Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo.

Por tanto, te alabamos, uniendo nuestras voces con los Ángeles y Arcángeles, y con todos los coros celestiales que, proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:

Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

Te damos gracias, oh Dios, por la bondad y el amor que tú nos has manifestado en la creación; en el llamado a Israel para ser tu pueblo; en tu Verbo revelado a través de los profetas; y, sobre todo, en el Verbo hecho carne,  Jesús, tu Hijo. Pues en la plenitud de los tiempos le has enviado para que se encarnara de María la Virgen a fin de ser el Salvador y Redentor del mundo. En él, nos has librado del mal, y nos has hecho dignos de estar en tu presencia. En él, nos has sacado del error a la verdad, del pecado a la rectitud, y de la muerte a la vida.

En la víspera de su muerte por nosotros, nuestro Señor Jesucristo tomó pan; y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: "Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío".

Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y dijo: "Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío".

Por tanto, oh Padre, según su mandato,

Recordamos su muerte,
Proclamamos su resurrección,
Esperamos su venida en gloria;

Y te ofrecemos nuestro sacrificio de alabanza y acción de gracias, Señor de todos; ofreciéndote, de tu creación, este pan y este vino.

Te suplicamos, Dios bondadoso, que envíes tu Espíritu Santo sobre estos dones, para que sean el Sacramento del Cuerpo de Cristo y su Sangre del nuevo Pacto. Unenos a tu Hijo en su sacrificio, a fin de que, por medio de él, seamos aceptables, siendo santificados por el Espíritu Santo. En la plenitud de los tiempos, sujeta todas las cosas a tu Cristo y llévanos a la patria celestial donde, con todos tus santos, entremos en la herencia eterna de tus hijos; por Jesucristo nuestro Señor, el primogénito de toda la creación, la cabeza de la Iglesia, y el autor de nuestra salvación.

Por él, y con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, tuyos son el honor y la gloria, Padre omnipotente, ahora y por siempre.

AMEN.

Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó:

Padre nuestro tú que estás en los que aman la verdad, has que el reino que por Ti se dio llegue pronto a nuestro corazón, que el amor, que tu hijo, nos dejó, ese amor... reine ya en nosotros.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo. 
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Y en el pan de la unidad, Cristo danos Tú la paz y olvídate de nuestro mal, si olvidamos el de los demás, no permitas, que caigamos en tentación... oh señor... y ten piedad... del mundo.

Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros.
¡Celebremos la fiesta!

Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros, ten piedad de nosotros. (2)

Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
danos la paz, danos la paz.

Los Dones de Dios para el Pueblo de Dios. Tómenlos en memoria de que Cristo murió por ustedes, y aliméntense de él en sus corazones, por fe y con agradecimiento.

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Saludo a Jesús Sacramentado

Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.

Os amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, 
pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti.

Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén.   

Oh, Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, aquí presente en el Santísimo Sacramento del altar, creo todo lo que Tu, mi Señor, me habéis revelado.

Arrepentido de todos mis pecados, esperando en Ti que nunca permite que sea confundido, agradeciendo por este don supremo, te amo sobre todas las cosas en este Sacramento de vuestro amor, adorándote en el misterio profundo de vuestra humildad, te manifiesto y hago patente todas las heridas y miserias de mi pobre corazón y te pido me des todo lo que necesito y deseo.

Pero tan solo te necesito a Ti, oh, Dios mío, tan solo te deseo a Ti, necesito tu gracia y la gracia de usarla debidamente, deseo tenerte en esta vida y también en la otra vida.

Bendito seas, oh poder divino de Corazón paternal, nos has dado el don más precioso que es el del Santísimo Sacramento.

Oh Pan celestial, gran Sacramento, te adoro y te alabo en todo momento. (repítase después de cada alabanza.)

Bendita seas, oh, Sabiduría del Verbo Divino, que todo lo sabe y lo ordenas, y que nos has preparado una comida muy exquisita, que es este Santísimo Sacramento.

Bendito seas, oh, Dios mío, que en tu inefable dulzura de amor te has transformado en este pan para darnos como el más dulce manjar.

Bendito seas, oh, Dios mío, que has encerrado todo tus inmensurable ser en esta humilde forma de pan terrenal. ¡Oh, Trinidad Santísima!

Amén.

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HIMNO
”Loámoste, Dios clemente”

Loámoste, Dios clemente,
Por los que descansan ya:
Por los santos que ganaron
Vida en la eternidad.
Santos, angeles y fieles
Canten a la Trinidad.

Los que ya nos precedieron
A la patria espiritual,
Gozan de la luz perpetua
Y el descanso eternal.
Santos, ángeles y fieles
Canten a la Trinidad.

Por el santo de este día,
Alabámoste, Señor,
Porque está en tu presencia
En tu gozo celestial.
Santos, ángeles y fieles
Canten a la Trinidad.

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Oremos.

Eterno Dios, Padre celestial,
en tu bondad nos has aceptado
como miembros vivos de tu Hijo,
nuestro Salvador Jesucristo;
nos has nutrido con alimento espiritual
en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.
Envíanos ahora en paz al mundo;
revístenos de fuerza y de valor para amarte
y servirte con alegría y sencillez de corazón;
por Cristo nuestro Señor.

AMÉN.

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LA BENDICIÓN

El Señor nos bendiga y nos guarde.
El Señor haga resplandecer su rostro sobre nosotros y tenga piedad de nosotros.
El Señor alce su rostro sobre nosotros y nos conceda paz.
Amén.

Y la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo sea con ustedes y permanezca con ustedes para siempre.
Amén.

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Vayan en paz para amar y servir al Señor.
Demos gracias a Dios.

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HIMNO
”!Oh Padre, eterno Dios!”

!Oh Padre, eterno Dios!
Alzamos nuestra voz
En gratitud,
De cuanto tú nos das
Con sin igual amor,
Hallando nuestra paz
En tí Señor.

 !Bendito Salvador!
Te damos con amor
El corazón,
Y aquí nos puedes ver
Que humildes en tu altar
Venimos a ofrecer
Precioso don.

 !Espiritu de Dios!
Escucha nuestra voz,
Y tu bondad
Derrame en nuestro ser,
Divina claridad,
Para poder vivir
En santidad.

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