SÉPTIMO DOMINGO DESPUÉS DE LA EPIFANÍA
Servicio y Lecturas
•••
DOMINGO 20 de FEBRERO a las 12:00pm
•••
HIMNO
Vienen con alegría Señor
cantando vienen con alegría Señor,
los que caminan por la vida Señor,
sembrando tu paz y amor. (2x)
Vienen trayendo la esperanza
a un mundo cargado de ansiedad
a un mundo que busca y que no alcanza
caminos de amor y de amistad.
Vienen con alegría Señor
cantando vienen con alegría Señor,
los que caminan por la vida Señor,
sembrando tu paz y amor. (2x)
Vienen trayendo entre sus manos
esfuerzos de hermanos por la paz,
deseos de un mundo más humano
que nacen del bien y la verdad.
Vienen con alegría Señor
cantando vienen con alegría Señor,
los que caminan por la vida Señor,
sembrando tu paz y amor. (2x)
Cuando el oido y la violencia
aniden en nuestra Corazon
El mundo os habla por herencia
que aguarden tristezas y dolor.
Vienen con alegría Señor
cantando vienen con alegría Señor,
los que caminan por la vida Señor,
sembrando tu paz y amor. (2x)
•••
Bendito sea Dios Padre, Hijo y Espiritu Santo.
Y bendito sea su reino, ahora y por siempre. Amen.
Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos y ningún secreto se halla encubierto: Purifica los pensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente proclamemos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor.
Amén.
•••
Gloria, gloria a Dios en el cielo
Y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
Te bendecimos, te adoramos,
Te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios,
Rey celestial, Dios Padre Todopoderoso.
Gloria, gloria a Dios en el cielo
Y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Señor Hijo Único Jesucristo, Señor Dios,
Cordero de Dios, Hijo del Padre,
Tu que quitas el pecado del mundo,
Ten piedad de nosotros.
Gloria, gloria a Dios en el cielo
Y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Tú que quitas el pecado del mundo,
Atiende nuestras suplicas,
Tú que estas sentado a la derecha del Padre,
Ten piedad de nosotros.
Gloria, gloria a Dios en el cielo
Y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Porque solo tu eres Santo, solo tu Señor,
Solo tu Altísimo Jesucristo con el Espíritu Santo,
En la gloria de Dios Padre. Amen.
Gloria, gloria a Dios en el cielo
Y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
•••
El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Oremos.
Oh Señor, tú nos has enseñado que todo lo que hacemos sin amor es de ningún valor: Envía tu Espíritu Santo, y derrama en nuestros corazones tu excelentísimo don, que es el amor, el vínculo verdadero de la paz y de todas las virtudes, sin el cual todos aquéllos que viven son considerados como muertos ante ti. Concédenos esto, por amor de tu único Hijo Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
Amén.
•••
LA PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis.
José les dijo a sus hermanos: —Yo soy José. ¿Vive mi padre todavía? Ellos estaban tan asustados de estar delante de él, que no podían contestarle. Pero José les dijo: —Por favor, acérquense a mí. Cuando ellos se acercaron, él les dijo: —Yo soy su hermano José, el que ustedes vendieron a Egipto; pero, por favor, no se aflijan ni se enojen con ustedes mismos por haberme vendido, pues Dios me mandó antes que a ustedes para salvar vidas. Ya van dos años de hambre en el país, y todavía durante cinco años más no se cosechará nada, aunque se siembre. Pero Dios me envió antes que a ustedes para hacer que les queden descendientes sobre la tierra, y para salvarles la vida de una manera extraordinaria. Así que fue Dios quien me mandó a este lugar, y no ustedes; él me ha puesto como consejero del faraón y amo de toda su casa, y como gobernador de todo Egipto. Vayan pronto a donde está mi padre, y díganle: “Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto como señor de todo Egipto. Ven a verme. No tardes. Vivirás en la región de Gosen, junto con tus hijos y nietos, y con todos tus animales y todo lo que tienes. Así estarás cerca de mí. Aquí les daré alimentos a ti y a tu familia, y a todos los que están contigo, para que no les falte nada; pues todavía habrá hambre durante cinco años más.” […]. Luego José besó a todos sus hermanos, y lloró al abrazarlos. Después de esto, sus hermanos se atrevieron a hablarle.
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
•••
EL SALMO
Salmo 37
No te impacientes a causa de los malignos, *
ni tengas celos de los que hacen mal
Porque como hierba pronto se marchitarán, *
y como césped se agotarán.
Confía en el Señor, y haz el bien; *
habita en la tierra, y aliméntate de sus caudales.
Deléitate en el Señor, *
y él te dará las peticiones de tu corazón.
Encomienda al Señor tu camino; *
confía en él, y él actuará.
Exhibirá tu justicia como la luz, *
y tu rectitud como el mediodía.
Guarda silencio ante el Señor, *
y espera en él con paciencia.
No te impacientes del que medra, *
del que tiene éxito en sus maldades.
Deja la ira, desecha el enojo; *
la impaciencia sólo conduce al mal;
Porque los malignos serán arrancados, *
pero los que invocan al Señor, he aquí heredarán la tierra.
Pues dentro de poco no existirán los malos; *
observarás su lugar, y no estarán allí.
Mas los mansos heredarán la tierra, *
y se recrearán con abundancia de paz.
La salvación de los justos es del Señor; *
él es su fortaleza en tiempo de angustia.
El Señor los ayudará, y los librará; *
los librará de los malignos, y los salvará,
por cuanto en él se refugian.
•••
LA SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta de San Pablo a los Corintios.
Tal vez alguno preguntará: «¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Qué clase de cuerpo tendrán?» ¡Vaya pregunta tonta! Cuando se siembra, la semilla tiene que morir para que tome vida la planta. Lo que se siembra no es la planta que ha de brotar, sino el simple grano, sea de trigo o de otra cosa. Después Dios le da la forma que él quiere, y a cada semilla le da el cuerpo que le corresponde. […]. Lo mismo pasa con la resurrección de los muertos. Lo que se entierra es corruptible; lo que resucita es incorruptible. Lo que se entierra es despreciable; lo que resucita es glorioso. Lo que se entierra es débil; lo que resucita es fuerte. Lo que se entierra es un cuerpo material; lo que resucita es un cuerpo espiritual. Si hay cuerpo material, también hay cuerpo espiritual. Así dice la Escritura: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente»; pero el último Adán se convirtió en espíritu que da vida. Sin embargo, lo espiritual no es primero, sino lo material; después lo espiritual. El primer hombre, hecho de tierra, era de la tierra; el segundo hombre es del cielo. Los cuerpos de la tierra son como aquel hombre hecho de tierra; y los del cielo son como aquel que es del cielo. Así como nos parecemos al hombre hecho de tierra, así también nos pareceremos a aquel que es del cielo. Quiero decirles, hermanos, que lo puramente material no puede tener parte en el reino de Dios, y que lo corruptible no puede tener parte en lo incorruptible.
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
•••
HIMNO
No podemos caminar
Con hambre bajo el sol.
Danos siempre el mismo pan:
Tu cuerpo y sangre Señor.
Comamos todos de este pan
el pan de la unidad
en un cuerpo nos unio el Señor
por medio del amor.
No podemos caminar
Con hambre bajo el sol.
Danos siempre el mismo pan:
Tu cuerpo y sangre Señor.
Señor yo tengo sed de ti
Sediento estoy de Dios
pero pronto llegare a ver
El rostro del Señor.
No podemos caminar
Con hambre bajo el sol.
Danos siempre el mismo pan:
Tu cuerpo y sangre Señor.
Por el desierto el pueblo va
cantando su dolor;
en la noche brillara tu luz,
nos guia la verdad.
No podemos caminar
Con hambre bajo el sol.
Danos siempre el mismo pan:
Tu cuerpo y sangre Señor.
•••
EL EVANGELIO
Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Lucas.
¡Gloria a ti, Cristo Señor!
Jesús dijo a sus discípulos: «Pero a ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los insultan. Si alguien te pega en una mejilla, ofrécele también la otra; y si alguien te quita la capa, déjale que se lleve también tu camisa. A cualquiera que te pida algo, dáselo, y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames. Hagan ustedes con los demás como quieren que los demás hagan con ustedes. »Si ustedes aman solamente a quienes los aman a ustedes, ¿qué hacen de extraordinario? Hasta los pecadores se portan así. Y si hacen bien solamente a quienes les hacen bien a ustedes, ¿qué tiene eso de extraordinario? También los pecadores se portan así. Y si dan prestado sólo a aquellos de quienes piensan recibir algo, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores se prestan unos a otros, esperando recibir unos de otros. Ustedes deben amar a sus enemigos, y hacer bien, y dar prestado sin esperar nada a cambio. Así será grande su recompensa, y ustedes serán hijos del Dios altísimo, que es también bondadoso con los desagradecidos y los malos. Sean ustedes compasivos, como también su Padre es compasivo. »No juzguen a otros, y Dios no los juzgará a ustedes. No condenen a otros, y Dios no los condenará a ustedes. Perdonen, y Dios los perdonará. Den a otros, y Dios les dará a ustedes. Les dará en su bolsa una medida buena, apretada, sacudida y repleta. Con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les devolverá a ustedes.»
El Evangelio del Señor.
Te alabamos, Cristo Señor.
•••
EL SERMÓN
•••
EL CREDO NICENO
Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.
Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre.
Por nuestra causa
fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato:
padeció y fue sepultado.
Resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar
a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creemos en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creemos en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.
•••
ORACIÓN DE FIELES (Fórmula III)
Padre, te suplicamos por tu santa Iglesia Católica.
Que todos seamos uno.
Concede que todos los miembros de la Iglesia te sirvan en verdad y humildad.
Que tu Nombre sea glorificado por todo el género humano.
Te pedimos por todos los obispos, presbíteros y diáconos.
Que sean fieles ministros de tu Palabra y Sacramentos.
Te pedimos por cuantos gobiernan y ejercen autoridad
en todas las naciones del mundo.
Que haya justicia y paz en la tierra.
Danos gracia para hacer tu voluntad en todo cuanto emprendamos.
Que nuestras obras sean agradables a tus ojos.
Ten compasión de los que sufren de dolor o angustia.
Que sean librados de sus aflicciones.
Otorga descanso eterno a los difuntos.
Que sobre ellos resplandezca la luz perpetua.
Te alabamos por tus santos que han entrado en el gozo del Señor.
Que también nosotros tengamos parte en tu reino celestial.
Oremos por nuestras necesidades y las necesidades de los demás.
SILENCE
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les doy": No mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia; y concédenos la paz y la unidad de esa Ciudad celestial; donde con el Padre y el Espíritu Santo tú vives y reinas ahora y por siempre.
Amén.
•••
La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.
•••
LOS ANUNCIOS
•••
SANTA COMUNIÓN
Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al Altísimo
•••
HIMNO
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
Tu me guias por sendas de justicia,
Me ensenas la verdad.
Tu me das el valor para la lucha,
Sin miedo avanzare.
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
Iluminas las sombras de mi vida,
al mundo das a luz.
Aunque pase por valles de tinieblas,
Yo nunca temere.
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
El Señor es la fuerza de su pueblo
Su gran libertador
Tu le haces vivir en confianza
Seguro de tu poder.
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
•••
El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.
Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.
En verdad es digno, justo y saludable, darte gracias, en todo tiempo y lugar, Padre omnipotente, Creador de cielo y tierra.
Porque nos diste a Jesucristo, tu único Hijo, que se encarnó por nosotros; quien, por el gran poder del Espíritu Santo, fue hecho Hombre perfecto, nacido de la carne de la Virgen María su madre; para que, librados del yugo del pecado, recibamos la potestad de llegar a ser hijos tuyos.
Por tanto, te alabamos, uniendo nuestras voces con los Ángeles y Arcángeles, y con todos los coros celestiales que, proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:
Santo, santo, santo mi corazón te adora,
Mi corazón solo sabe decir, Santo eres tu.
Santo, santo, santo mi corazón te adora,
Mi corazón solos sabe decir, Santo eres tu.
Te damos gracias, oh Dios, por la bondad y el amor que tú nos has manifestado en la creación; en el llamado a Israel para ser tu pueblo; en tu Verbo revelado a través de los profetas; y, sobre todo, en el Verbo hecho carne, Jesús, tu Hijo. Pues en la plenitud de los tiempos le has enviado para que se encarnara de María la Virgen a fin de ser el Salvador y Redentor del mundo. En él, nos has librado del mal, y nos has hecho dignos de estar en tu presencia. En él, nos has sacado del error a la verdad, del pecado a la rectitud, y de la muerte a la vida.
En la víspera de su muerte por nosotros, nuestro Señor Jesucristo tomó pan; y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: "Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío".
Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y dijo: "Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío".
Por tanto, oh Padre, según su mandato,
Recordamos su muerte,
Proclamamos su resurrección,
Esperamos su venida en gloria;
Y te ofrecemos nuestro sacrificio de alabanza y acción de gracias, Señor de todos; ofreciéndote, de tu creación, este pan y este vino.
Te suplicamos, Dios bondadoso, que envíes tu Espíritu Santo sobre estos dones, para que sean el Sacramento del Cuerpo de Cristo y su Sangre del nuevo Pacto. Unenos a tu Hijo en su sacrificio, a fin de que, por medio de él, seamos aceptables, siendo santificados por el Espíritu Santo. En la plenitud de los tiempos, sujeta todas las cosas a tu Cristo y llévanos a la patria celestial donde, con todos tus santos, entremos en la herencia eterna de tus hijos; por Jesucristo nuestro Señor, el primogénito de toda la creación, la cabeza de la Iglesia, y el autor de nuestra salvación.
Por él, y con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, tuyos son el honor y la gloria, Padre omnipotente, ahora y por siempre.
AMEN.
Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó:
Padre nuestro tú que estás en los que aman la verdad,
has que el reino que por Ti se dio llegue pronto a nuestro corazón,
que el amor, que tu hijo, nos dejó, ese amor... reine ya en nosotros.
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.
Y en el pan de la unidad, Cristo danos Tú la paz y olvídate de nuestro mal,
si olvidamos el de los demás, no permitas, que caigamos en tentación...
oh señor... y ten piedad... del mundo.
Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros.
¡Celebremos la fiesta!
Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.
Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
danos tu paz.
Los Dones de Dios para el Pueblo de Dios. Tómenlos en memoria de que Cristo murió por ustedes, y aliméntense de él en sus corazones, por fe y con agradecimiento.
•••
Saludo a Jesús Sacramentado
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.
Os amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti.
Oh Pan celestial, gran Sacramento, te adoro y te alabo en todo momento.
Amén.
•••
HIMNO
Una espiga dorada por el sol
El racimo que corta el viñador
Se convierten, ahora, en pan y vino de amor
En el cuerpo y la sangre del señor.
Compartimos la misma comunión
Somos trigos del mismo sembrador
Un molino, la vida nos tritura con dolor
Dios nos hace eucaristía en el amor.
Una espiga dorada por el sol
El racimo que corta el viñador
Se convierten, ahora, en pan y vino de amor
En el cuerpo y la sangre del señor.
Como granos que han hecho el mismo pan
Como notas que tejen un cantar.
Como gotas de agua que se funden en el mar
Los cristianos un cuerpo formarán.
Una espiga dorada por el sol
El racimo que corta el viñador
Se convierten, ahora, en pan y vino de amor
En el cuerpo y la sangre del señor.
En la mesa de Dios se sentarán
Como hijos su pan comulgarán
Una misma esperanza caminando cantarán
En la vida como hermanos se amarán.
Una espiga dorada por el sol
El racimo que corta el viñador
Se convierten, ahora, en pan y vino de amor
En el cuerpo y la sangre del señor.
•••
Oremos.
Eterno Dios, Padre celestial,
en tu bondad nos has aceptado
como miembros vivos de tu Hijo,
nuestro Salvador Jesucristo;
nos has nutrido con alimento espiritual
en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.
Envíanos ahora en paz al mundo;
revístenos de fuerza y de valor para amarte
y servirte con alegría y sencillez de corazón;
por Cristo nuestro Señor.
AMÉN.
•••
LA BENDICIÓN
La paz de Dios, que excede a todo entendimiento,
guarde sus corazones y mentes en el conocimiento y amor de Dios,
y de su Hijo Jesucristo nuestro Señor
y la bendición de Dios omnipotente,
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,
sea con ustedes, y more con ustedes eternamente. Amén.
•••
HIMNO
Somos un pueblo que camina.
Y juntos caminando podremos alcanzar
Otra ciudad que no se acaba,
Sin penas ni tristezas,ciudad de eternidad.
Somos un pueblo que camina,
que marcha por el mundo buscando otra ciudad;
somos errantes peregrinos
en busca de un destino, destino de unidad,
siempre seremos caminantes,
pues sólo caminando podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.
Somos un pueblo que camina.
Y juntos caminando podremos alcanzar
Otra ciudad que no se acaba,
Sin penas ni tristezas,ciudad de eternidad.
Sufren los hombres mis hermanos,
buscando entre las piedras la parte de su pan.
Sufren los hombres oprimidos,
los hombres que no tienen ni paz ni libertad.
Sufren los hombres mis hermanos,
más Tú vienes con ellos y en ti alcanzarán
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.
Somos un pueblo que camina.
Y juntos caminando podremos alcanzar
Otra ciudad que no se acaba,
Sin penas ni tristezas,ciudad de eternidad.
•••
DESPEDIDA
Vayan en paz para amar y servir al Señor
Demos gracias a Dios.
•••