SEXTO DOMINGO DESPUÉS DE LA EPIFANÍA

Servicio y Lecturas

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DOMINGO 13 de FEBRERO a las 12:00pm

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HIMNO

No podemos caminar
con hambre bajo el sol,
danos siempre el mismo pan:
tu cuerpo y sangre, Señor.

Comamos todos de este Pan,
el Pan de la unidad.
En un cuerpo nos unió el Señor,
por medio del amor.

No podemos caminar
con hambre bajo el sol,
danos siempre el mismo pan:
tu cuerpo y sangre, Señor.


Señor, yo tengo sed de ti,
sediento estoy de Dios;
pero pronto llegaré a ver
el rostro del Señor.

No podemos caminar
con hambre bajo el sol,
danos siempre el mismo pan:
tu cuerpo y sangre, Señor.


Por el desierto el pueblo va
cantando su dolor;
en la noche brillará tu luz,
nos guía la verdad.

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Bendito sea Dios Padre, Hijo y Espiritu Santo.
Y bendito sea su reino, ahora y por siempre. Amen.

Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos y ningún secreto se halla encubierto: Purifica los pensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente proclamemos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor.

Amén.

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Gloria, gloria a Dios en el cielo
Y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

 Por tu inmensa gloria te alabamos,
Te bendecimos, te adoramos,
Te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios,
Rey celestial, Dios Padre Todopoderoso. 

Gloria, gloria a Dios en el cielo
Y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

Señor Hijo Único Jesucristo, Señor Dios,
Cordero de Dios, Hijo del Padre,
Tu que quitas el pecado del mundo,
Ten piedad de nosotros. 

Gloria, gloria a Dios en el cielo
Y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

Tú que quitas el pecado del mundo,
Atiende nuestras suplicas,
Tú que estas sentado a la derecha del Padre,
Ten piedad de nosotros. 

Gloria, gloria a Dios en el cielo
Y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

Porque solo tu eres Santo, solo tu Señor,
Solo tu Altísimo Jesucristo con el Espíritu Santo,
En la gloria de Dios Padre. Amen.

Gloria, gloria a Dios en el cielo
Y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.

Oremos.

Oh Dios, fortaleza de los que ponen su confianza en ti: Acepta con misericordia nuestras súplicas, y puesto que, por nuestra flaqueza, no podemos hacer nada bueno sin ti, danos el auxilio de tu gracia; para que, al guardar tus mandamientos, te agrademos, tanto de voluntad como de hecho; por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

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LA PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del profeta Jeremías.

El Señor dice:

«Maldito aquel que aparta de mí su corazón,
que pone su confianza en los hombres
y en ellos busca apoyo.
Será como la zarza del desierto,
que nunca recibe cuidados:
que crece entre las piedras,
en tierras de sal, donde nadie vive.

»Pero bendito el hombre que confía en mí,
que pone en mí su esperanza.
Será como un árbol plantado a la orilla de un río,
que extiende sus raíces hacia la corriente
y no teme cuando llegan los calores,
pues su follaje está siempre frondoso.
En tiempo de sequía no se inquieta,
y nunca deja de dar fruto.

»Nada hay tan engañoso y perverso
como el corazón humano.
¿Quién es capaz de comprenderlo?

Yo, el Señor, que investigo el corazón
y conozco a fondo los sentimientos;
que doy a cada cual lo que se merece,
de acuerdo con sus acciones.»

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

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EL SALMO
Salmo 17

Bienaventurado el que no anduvo en consejo de malos, *
ni estuvo en camino de Pecadores,
ni en silla de escarnecedores se ha sentado;

Sino que en la ley del Señor está su delicia, *
y en su ley medita de día y de noche.

Será como el árbol plantado junto a corrientes de aguas,
que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae, *
y todo lo que hace prosperará.

No así los malos, no así, *
que son como el tamo que arrebata el viento.

Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, *
ni los pecadores en la congregación de los justos;

Porque el Señor conoce el camino de los justos, *
mas la senda de los malos perecerá.‏

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LA SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta de San Pablo a los Corintios.

Si nuestro mensaje es que Cristo resucitó, ¿por qué dicen algunos de ustedes que los muertos no resucitan? Porque si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, el mensaje que predicamos no vale para nada, ni tampoco vale para nada la fe que ustedes tienen. Si esto fuera así, nosotros resultaríamos ser testigos falsos de Dios, puesto que estaríamos afirmando en contra de Dios que él resucitó a Cristo, cuando en realidad no lo habría resucitado si fuera verdad que los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes no vale para nada: todavía siguen en sus pecados. En este caso, también están perdidos los que murieron creyendo en Cristo. Si nuestra esperanza en Cristo solamente vale para esta vida, somos los más desdichados de todos.

Pero lo cierto es que Cristo ha resucitado. Él es el primer fruto de la cosecha: ha sido el primero en resucitar.   

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

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HIMNO

Escucha hermano la canción de la alegría
El canto alegre del que espera
Un nuevo día.

Ven canta, sueña cantado
Vive soñando el nuevo Sol
En que los hombres
Volverán a ser hermanos.

Si en tu camino solo existe la tristeza
Y el llanto amargo
De la soledad completa

Ven canta, sueña cantado
Vive soñando el nuevo Sol
En que los hombres
Volverán a ser hermanos.

Si es que no encuentras la alegría
En esta tierra
Búscala hermano
Más allá de las estrellas

Ven canta, sueña cantado
Vive soñando el nuevo Sol
En que los hombres
Volverán a ser hermanos.

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EL EVANGELIO

Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Lucas
¡Gloria a ti, Cristo Señor!

Jesús bajó del cerro con ellos y se detuvo en un llano. Se habían juntado allí muchos de sus seguidores y mucha gente de toda la región de Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y Sidón. Habían llegado para oír a Jesús y para que los curara de sus enfermedades. Los que sufrían a causa de espíritus impuros, también quedaban sanos. Así que toda la gente quería tocar a Jesús, porque los sanaba a todos con el poder que de él salía.

Jesús miró a sus discípulos, y les dijo:

«Dichosos ustedes los pobres, pues de ustedes es el reino de Dios.

»Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre, pues quedarán satisfechos.

»Dichosos ustedes los que ahora lloran, pues después reirán.

»Dichosos ustedes cuando la gente los odie, cuando los expulsen, cuando los insulten y cuando desprecien su nombre como cosa mala, por causa del Hijo del hombre. Alégrense mucho, llénense de gozo en ese día, porque ustedes recibirán un gran premio en el cielo; pues también así maltrataron los antepasados de esa gente a los profetas.

»Pero ¡ay de ustedes los ricos, pues ya han tenido su alegría!

»¡Ay de ustedes los que ahora están satisfechos, pues tendrán hambre!

»¡Ay de ustedes los que ahora ríen, pues van a llorar de tristeza!

»¡Ay de ustedes cuando todo el mundo los alabe, pues así hacían los antepasados de esa gente con los falsos profetas!»

El Evangelio del Señor.
Te alabamos, Cristo Señor.

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EL SERMÓN

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EL CREDO NICENO

Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.

Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre.

Por nuestra causa
fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato:
padeció y fue sepultado.
Resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar
a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creemos en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.

Creemos en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.

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ORACIÓN DE FIELES (Fórmula III)

Padre, te suplicamos por tu santa Iglesia Católica.
Que todos seamos uno.

Concede que todos los miembros de la Iglesia te sirvan en verdad y humildad.
Que tu Nombre sea glorificado por todo el género humano.

Te pedimos por todos los obispos, presbíteros y diáconos.
Que sean fieles ministros de tu Palabra y Sacramentos.

Te pedimos por cuantos gobiernan y ejercen autoridad
en todas las naciones del mundo.
Que haya justicia y paz en la tierra.

Danos gracia para hacer tu voluntad en todo cuanto emprendamos.
Que nuestras obras sean agradables a tus ojos.

Ten compasión de los que sufren de dolor o angustia.
Que sean librados de sus aflicciones.

Otorga descanso eterno a los difuntos.
Que sobre ellos resplandezca la luz perpetua.

Te alabamos por tus santos que han entrado en el gozo del Señor.
Que también nosotros tengamos parte en tu reino celestial.

Oremos por nuestras necesidades y las necesidades de los demás.

SILENCE

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les doy": No mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia; y concédenos la paz y la unidad de esa Ciudad celestial; donde con el Padre y el Espíritu Santo tú vives y reinas ahora y por siempre.

Amén.

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La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.

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LOS ANUNCIOS

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SANTA COMUNIÓN

Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al Altísimo

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HIMNO

El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.

 Tu me guias por sendas de justicia,
Me ensenas la verdad.
Tu me das el valor para la lucha,
Sin miedo avanzare.

El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.

Iluminas las sombras de mi vida,
al mundo das a luz.
Aunque pase por valles de tinieblas,
Yo nunca temere.

El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.

El Señor es la fuerza de su pueblo
Su gran libertador
Tu le haces vivir en confianza
Seguro de tu poder.

El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.
El Señor es mi fuerza, mi roca y salvacion.

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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.

Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.

Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.

En verdad es digno, justo y saludable, darte gracias, en todo tiempo y lugar, Padre omnipotente, Creador de cielo y tierra.

Porque nos diste a Jesucristo, tu único Hijo, que se encarnó por nosotros; quien, por el gran poder del Espíritu Santo, fue hecho Hombre perfecto, nacido de la carne de la Virgen María su madre; para que, librados del yugo del pecado, recibamos la potestad de llegar a ser hijos tuyos.

Por tanto, te alabamos, uniendo nuestras voces con los Ángeles y Arcángeles, y con todos los coros celestiales que, proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:

Santo, santo, santo mi corazón te adora, 
Mi corazón solo sabe decir, Santo eres tu.
Santo, santo, santo mi corazón te adora, 
Mi corazón solos sabe decir, Santo eres tu.

Te damos gracias, oh Dios, por la bondad y el amor que tú nos has manifestado en la creación; en el llamado a Israel para ser tu pueblo; en tu Verbo revelado a través de los profetas; y, sobre todo, en el Verbo hecho carne,  Jesús, tu Hijo. Pues en la plenitud de los tiempos le has enviado para que se encarnara de María la Virgen a fin de ser el Salvador y Redentor del mundo. En él, nos has librado del mal, y nos has hecho dignos de estar en tu presencia. En él, nos has sacado del error a la verdad, del pecado a la rectitud, y de la muerte a la vida.

En la víspera de su muerte por nosotros, nuestro Señor Jesucristo tomó pan; y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: "Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío".

Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y dijo: "Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío".

Por tanto, oh Padre, según su mandato,

Recordamos su muerte,
Proclamamos su resurrección,
Esperamos su venida en gloria;

Y te ofrecemos nuestro sacrificio de alabanza y acción de gracias, Señor de todos; ofreciéndote, de tu creación, este pan y este vino.

Te suplicamos, Dios bondadoso, que envíes tu Espíritu Santo sobre estos dones, para que sean el Sacramento del Cuerpo de Cristo y su Sangre del nuevo Pacto. Unenos a tu Hijo en su sacrificio, a fin de que, por medio de él, seamos aceptables, siendo santificados por el Espíritu Santo. En la plenitud de los tiempos, sujeta todas las cosas a tu Cristo y llévanos a la patria celestial donde, con todos tus santos, entremos en la herencia eterna de tus hijos; por Jesucristo nuestro Señor, el primogénito de toda la creación, la cabeza de la Iglesia, y el autor de nuestra salvación.

Por él, y con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, tuyos son el honor y la gloria, Padre omnipotente, ahora y por siempre.

AMEN.

Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó:

Padre nuestro tú que estás en los que aman la verdad,
has que el reino que por Ti se dio llegue pronto a nuestro corazón,
que el amor, que tu hijo, nos dejó, ese amor... reine ya en nosotros.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo. 
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Y en el pan de la unidad, Cristo danos Tú la paz y olvídate de nuestro mal,
si olvidamos el de los demás, no permitas, que caigamos en tentación...
oh señor... y ten piedad... del mundo.

Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros.
¡Celebremos la fiesta!

Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.

Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
danos tu paz.

Los Dones de Dios para el Pueblo de Dios. Tómenlos en memoria de que Cristo murió por ustedes, y aliméntense de él en sus corazones, por fe y con agradecimiento.

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Saludo a Jesús Sacramentado

Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.

Os amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma,  pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a mi corazón. 

Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti.   

Oh Pan celestial, gran Sacramento, te adoro y te alabo en todo momento.

Amén.

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HIMNO

Cantemos al Amor de los Amores:
cantemos al Señor, ¡Dios está aquí!
venid adoradores, adoremos, a Cristo Redentor.

¡Gloria a Cristo Jesús!
¡Cielo y tierra, bendecid al señor!
¡Honor y gloria a Ti, Rey de la Gloria!
Amor por siempre a Ti
Dios del Amor.

 Los que buscáis solaz a vuestras penas y
Alivio en el dolor, Dios está aquí y vierte
A manos llenas mil tesoros divides con amor.

¡Gloria a Cristo Jesús!
¡Cielo y tierra, bendecid al señor!
¡Honor y gloria a Ti, Rey de la Gloria!
Amor por siempre a Ti
Dios del Amor.

Que abrace nuestro ser la viva llama del más ferviente amor.
¡Dios está aquí!
Ésta porque nos ama como padre, amigo y bienhechor.

¡Gloria a Cristo Jesús!
¡Cielo y tierra, bendecid al señor!
¡Honor y gloria a Ti, Rey de la Gloria!
Amor por siempre a Ti
Dios del Amor.

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Oremos.

Eterno Dios, Padre celestial,
en tu bondad nos has aceptado
como miembros vivos de tu Hijo,
nuestro Salvador Jesucristo;
nos has nutrido con alimento espiritual
en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.
Envíanos ahora en paz al mundo;
revístenos de fuerza y de valor para amarte
y servirte con alegría y sencillez de corazón;
por Cristo nuestro Señor.

AMÉN.

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LA BENDICIÓN

La paz de Dios, que excede a todo entendimiento,
guarde sus corazones y mentes en el conocimiento y amor de Dios,
y de su Hijo Jesucristo nuestro Señor
y la bendición de Dios omnipotente,
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,
sea con ustedes, y more con ustedes eternamente. Amén.

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HIMNO

Por la excelsa majestad de los cielos,
tierra y mar; por las alas de tu amor
Que nos cubren sin cesar;

Te ofrecemos, oh buen Dios,
alabanzas con fervor.

Por la calma nocturnal, Por la tibia
luz del sol, Por el amplio cielo azul,
Por el árbol, por la flor;

Te ofrecemos, oh buen Dios,
alabanzas con fervor.

Por la mente, el corazón, los sentidos
que nos das, que tu inmensa creación
nos permiten apreciar;

Te ofrecemos, oh buen Dios,
alabanzas con fervor.

Por los lazos del amor, que en familia
Y Amistad, nos acercan hoy aquí
Y a que los que partieron ya;

Te ofrecemos, oh buen Dios,
alabanzas con fervor.

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DESPEDIDA

Vayan en paz para amar y servir al Señor
Demos gracias a Dios.

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