PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO

Servicio y Lecturas

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Domingo, 28 de NOVIEMbre de 2021

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HIMNO

Oh ven! ¡Oh ven! Emmanuel
Y así tu grey recobre en ti,
La libertad que le darás
Al tú bajar del cielo aquí.

Alégrate ¡Oh pueblo fiel!
Pues cerca está tu Dios y tu rey.

¡Oh ven tú, vara de Jesé!
Tu pueblo libra de Satán;
Del hondo averno líbrale,
Y que más nunca peque ya.

Alégrate ¡Oh pueblo fiel!
Pues cerca está tu Dios y tu rey.

¡Oh ven tú, alba de la luz!
Y con tu adviento gozo da;
Alumbra lo que oscuro es,
Y ahuyenta toda la maldad.

Alégrate ¡Oh pueblo fiel!
Pues cerca está tu Dios y tu rey.

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LA ILUMINACIÓN DE LA CORONA DE ADVIENTO

Oh Señor, todopoderoso, te oramos,  te rogamos que vengas, y  que seamos defendidos por ti ; que podamos ser rescatados de los peligros que nos acechan ya que muchos de ellos han sido  provocados por nuestros pecados  y que seamos liberados por Ti, obteniendo así nuestra salvación , Tu que vives y reinas con Dios Padre y en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos.

Amen.

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Bendito sea Dios Padre, Hijo y Espiritu Santo.
Y bendito sea su reino, ahora y por siempre. Amen.

Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos y ningún secreto se halla encubierto: Purifica los pensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente proclamemos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor.

Amén.

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Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a quienes ama el Señor.

Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios,
Rey celestial, Dios Padre todopoderoso.

Señor, Hijo único Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre: Tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros:

Porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.

Oremos.

Dios todopoderoso, danos gracia para despojarnos de las obras de las tinieblas y revestirnos con las armas de la luz, ahora en esta vida mortal, en la cual Jesucristo tu Hijo, con gran humildad, vino a visitarnos; a fin de que, en el día postrero, cuando vuelva con majestad gloriosa a juzgar a vivos y muertos, resucitemos a la vida inmortal; mediante él, quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.

Amén.

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LA PRIMERA LECTURA
Jeremías 33:14–16

Lectura del Libro de Jeremías.

El Señor afirma: «Llegará el día en que cumpliré las promesas de bendición que hice al pueblo de Israel y de Judá. Cuando llegue ese tiempo y ese día, haré que David tenga un descendiente legítimo, que establecerá la justicia y la rectitud en el país. En aquel tiempo Judá estará a salvo y Jerusalén vivirá segura. Éste es el nombre con que la llamarán: “El Señor es nuestra victoria.”»

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

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EL SALMO
Salmo 25:1–9

A ti, oh Señor, levanto mi alma; Dios mío, en ti confío; *
no sea yo humillado, no triunfen mis enemigos sobre mí.

Ciertamente ninguno de cuantos en ti esperan será avergonzado; *
serán avergonzados los que se rebelan sin causa.

Muéstrame, oh Señor, tus caminos; *
enséñame tus sendas.

Encamíname en tu verdad, y enséñame; *
porque tú eres el Dios de mi salvación;
en ti he esperado todo el día.

Acuérdate, oh Señor, de tus piedades y de tus misericordias, *
porque son perpetuas.

De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; *
conforme a tu misericordia acuérdate de mí,
por tu bondad, oh Señor.

Bueno y recto es el Señor; *
por tanto, enseña a los pecadores el camino.

Encamina a los humildes por el juicio, *
y enseña a los mansos su carrera.

Todas las sendas del Señor son amor y fidelidad, *
para los que guardan su pacto y sus testimonios.

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LA SEGUNDA LECTURA
1 Tesalonicenses 3:9–13

Lectura de la primera carta de San Pablo a los Tesalonicenses.

¿Cómo podremos dar suficientes gracias a nuestro Dios por ustedes y por el mucho gozo que a causa de ustedes tenemos delante de él? Día y noche suplicamos a Dios que nos permita verlos personalmente y completar lo que todavía falte en su fe.

Deseamos que Dios mismo nuestro Padre, y nuestro Señor Jesús, nos ayuden para que podamos ir a visitarlos. Y que el Señor los haga crecer y tener todavía más amor los unos para con los otros y para con todos, como nosotros los amamos a ustedes. Que los haga firmes en sus corazones, santos e irreprochables delante de Dios nuestro Padre cuando regrese nuestro Señor Jesús con todo su pueblo santo.

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

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HIMNO

Señor, mi Dios
Al contemplar los cielos
El firmamento y las estrellas mil
Al oír Tu voz en los potentes truenos
Y ver brillar el Sol en su cenit

Mi corazón se llena de emoción
Cuán grande es Él, cuan grande es Él

Al recorrer los montes y los valles
Y ver las bellas flores al pasar
Al escuchar el canto de las aves
Y el murmurrar el claro manantial.

Mi corazón se llena de emoción
Cuán grande es Él, cuan grande es Él

Cuando recuerdo del amor divino
Que, desde el cielo, al salvador, envió
Aquel Jesús que, por salvarme, vino
Y en una cruz sufrió por mí, murió

Mi corazón se llena de emoción
Cuán grande es Él, cuan grande es Él

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EL EVANGELIO
San Lucas 21:25–36

El Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Lucas.
¡Gloria a ti, Cristo Señor!

Jesús dijo: —Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra las naciones estarán confusas y se asustarán por el terrible ruido del mar y de las olas. La gente se desmayará de miedo al pensar en lo que va a sucederle al mundo; pues hasta las fuerzas celestiales serán sacudidas. Entonces se verá al Hijo del hombre venir en una nube con gran poder y gloria. Cuando comiencen a suceder estas cosas, anímense y levanten la cabeza, porque muy pronto serán libertados.

También les puso esta comparación: —Fíjense en la higuera, o en cualquier otro árbol. Cuando ven que brotan las hojas, se dan cuenta ustedes de que ya está cerca el verano. De la misma manera, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que el reino de Dios ya está cerca.

»Les aseguro que todo esto sucederá antes que muera la gente de este tiempo. El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis palabras no dejarán de cumplirse.

»Tengan cuidado y no dejen que sus corazones se hagan insensibles por los vicios, las borracheras y las preocupaciones de esta vida, para que aquel día no caiga de pronto sobre ustedes como una trampa. Porque vendrá sobre todos los habitantes de la tierra. Estén ustedes preparados, orando en todo tiempo, para que puedan escapar de todas estas cosas que van a suceder y para que puedan presentarse delante del Hijo del hombre.

El Evangelio del Señor.
Te alabamos, Cristo Señor.

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El SERMÓN

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EL CREDO NICENO

Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.

Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre.

Por nuestra causa
fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato:
padeció y fue sepultado.
Resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar
a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creemos en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.

Creemos en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.

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ORACIÓN DE FIELES (Fórmula VI)

En paz oramos a ti, Señor Dios.

SILENCIO

Por todos los seres humanos en su vida y trabajo diarios;
Por nuestras familias, amigos y vecinos, y por los que están solos.

Por esta comunidad, por esta nación, y por el mundo entero;
Por cuantos trabajan por la justicia, la libertad y la paz.

Por el uso justo y adecuado de tu creación;
Por las víctimas del hambre, el temor, la injusticia y la opresión.

Por cuantos se hallan en peligro, tristeza, o cualquier otra adversidad;
Por los que ministran a los enfermos, a los desamparados y a los necesitados.

Por la paz y unidad de la Iglesia de Dios;
Por todos los que proclaman el Evangelio, y cuantos buscan la Verdad.

Por Michael nuestro Primado, por  Andy, Allen, and Mary  nuestros obispos, y por todos los obispos y demás ministros;
Por todos los que sirven a Dios en su Iglesia.

Por las necesidades e intereses especiales de esta congregación.

PAUSA

Atiéndenos, Señor;
Porque grande es tu misericordia.

Te damos gracias, Señor, por todas las bendiciones de esta vida.

PAUSA

Te exaltaremos, oh Dios nuestro Rey;
Y alabaremos tu Nombre para siempre.

Te pedimos por todos los que han muerto, para que tengan un lugar en tu reino eterno.

PAUSA

Señor, concédeles tu misericordia;
Porque en ti han confiado.

También te pedimos por el perdón de nuestros pecados.

SILENCIO

Ten misericordia de nosotros, Padre de toda bondad; en tu compasión perdona nuestros pecados, los conocidos y los desconocidos; lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. Sustenta a tus siervos con tu Espíritu,  para que vivamos y te sirvamos en novedad de vida, para honra y gloria de tu Nombre; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de ustedes, perdone todos sus pecados por Jesucristo nuestro Señor, les fortalezca en toda bondad y, por el poder del Espíritu Santo, les conserve en la vida eterna.

Amén.

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les doy": No mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia; y concédenos la paz y la unidad de esa Ciudad celestial; donde con el Padre y el Espíritu Santo tú vives y reinas ahora y por siempre.

Amén.

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La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.

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LOS ANUNCIOS

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SANTA COMUNIÓN

Si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. (San Mateo 5:23, 24 )

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HIMNO

Oíd su voz; ya cerca está,
El Cristo, nuestro Dios;
El corazón brindémosle
Cual trono de él, en nos.

Potente él viene a destruir,
Con fuerza divinal,
Los hierros de cruel prisión,
Que púsonos Satán.

Fulgente él viene a redimir
La mente del error;
Esplendorosa luz a dar,
Al ciego pecador.

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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.

Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.

Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.

En verdad es digno, justo y saludable, darte gracias, en todo tiempo y lugar, Padre omnipotente, Creador de cielo y tierra.

Porque enviaste a tu amado Hijo para redimirnos del pecado y de la muerte, y para hacernos en él herederos de la vida eterna; para que, cuando vuelva en poder y gran triunfo a juzgar al mundo, nos gocemos contemplando su manifestación, sin temor ni vergüenza.

Por tanto, te alabamos, uniendo nuestras voces con los Ángeles y Arcángeles, y con todos los coros celestiales que, proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:

Santo, santo, santo
Mi corazón te adora.
Mi corazón te sabe decir
Santo eres Señor.

Holy, holy, holy.
My heart, my heart adores you.
My heart is glad to say these words:
You are holy Lord.

Te damos gracias, oh Dios, por la bondad y el amor que tú nos has manifestado en la creación; en el llamado a Israel para ser tu pueblo; en tu Verbo revelado a través de los profetas; y, sobre todo, en el Verbo hecho carne,  Jesús, tu Hijo. Pues en la plenitud de los tiempos le has enviado para que se encarnara de María la Virgen a fin de ser el Salvador y Redentor del mundo. En él, nos has librado del mal, y nos has hecho dignos de estar en tu presencia. En él, nos has sacado del error a la verdad, del pecado a la rectitud, y de la muerte a la vida.

En la víspera de su muerte por nosotros, nuestro Señor Jesucristo tomó pan; y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: "Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío".

Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y dijo: "Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío".

Por tanto, oh Padre, según su mandato,

Recordamos su muerte,
Proclamamos su resurrección,
Esperamos su venida en gloria;

Y te ofrecemos nuestro sacrificio de alabanza y acción de gracias, Señor de todos; ofreciéndote, de tu creación, este pan y este vino.

Te suplicamos, Dios bondadoso, que envíes tu Espíritu Santo sobre estos dones, para que sean el Sacramento del Cuerpo de Cristo y su Sangre del nuevo Pacto. Unenos a tu Hijo en su sacrificio, a fin de que, por medio de él, seamos aceptables, siendo santificados por el Espíritu Santo. En la plenitud de los tiempos, sujeta todas las cosas a tu Cristo y llévanos a la patria celestial donde, con todos tus santos, entremos en la herencia eterna de tus hijos; por Jesucristo nuestro Señor, el primogénito de toda la creación, la cabeza de la Iglesia, y el autor de nuestra salvación.

Por él, y con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, tuyos son el honor y la gloria, Padre omnipotente, ahora y por siempre.

AMEN.

Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó:

Padre nuestro tú que estás en los que aman la verdad,
has que el reino que por Ti se dio llegue pronto a nuestro corazón,
que el amor, que tu hijo, nos dejó, ese amor... reine ya en nosotros.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo. 
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Y en el pan de la unidad, Cristo danos Tú la paz y olvídate de nuestro mal,
si olvidamos el de los demás, no permitas, que caigamos en tentación...
oh señor... y ten piedad... del mundo.

Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros.
¡Celebremos la fiesta!

Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.

Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
danos tu paz.

Los Dones de Dios para el Pueblo de Dios. Tómenlos en memoria de que Cristo murió por ustedes, y aliméntense de él en sus corazones, por fe y con agradecimiento.

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Saludo a Jesús Sacramentado

Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.

Os amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma,  pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a mi corazón. 

Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti.   

Oh Pan celestial, gran Sacramento, te adoro y te alabo en todo momento.

Amén.

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HIMNO

Haced ¡oh fieles todos!
Que brille vuestra fe;
La tarde ya declina
Y empieza a anochecer;
El Cristo ya se acerca,
No tardará en venir;
A media noche él viene,
Luchad por no dormir.

Cantad ¡oh fieles almas
Los himnos del amor!
Hasta llegar alegres
Al atrio del Señor.
La fiesta ya está lista,
Las puertas se abrirán,
Y en la mansión del cielo
Jesús se brindará.

Tú que eres nuestro gozo,
Jesús, ven pronto, ven.
Y con tu luz divina,
Destruye tú a Luzbel;
Con manos levantadas,
Pidámosle, con fe,
Que llegue pronto el día
De verle en el Edén.

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Oremos.

Eterno Dios, Padre celestial,
en tu bondad nos has aceptado
como miembros vivos de tu Hijo,
nuestro Salvador Jesucristo;
nos has nutrido con alimento espiritual
en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.
Envíanos ahora en paz al mundo;
revístenos de fuerza y de valor para amarte
y servirte con alegría y sencillez de corazón;
por Cristo nuestro Señor.

AMÉN.

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BENDICIÓN DE ADVIENTO

Nuestra ayuda está en el Nombre del Señor;
El creador del cielo y la tierra.

Bendito sea el Nombre del Señor;
De ahora y para siempre.

La bendición, la misericordia y la gracia de Dios Todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo sean con ustedes
y permanezcan con ustedes para siempre.
Amén.

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DESPEDIDA

Vayan en paz para amar y servir al Señor
Demos gracias a Dios.

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HIMNO

Cántale a Dios tu risa y esperanza,
Cántale a Dios tu pena y tú sufrir;
Cantemos juntos al Dios de los cielos porque
Él está hoy aquí

Cántale a Dios con todas tus canciones,
Cántale a Dios con salmos y oraciones,
Cántale a Dios de todas maneras, porque
Hoy se vuelve a ti, se vuelve hoy a ti.
Cántale a Dios con toda tu alegría,
Cántale a Dios de noche y de día,
Cántale a Cristo, al Dios de los cielos, porque
Hoy está aquí.

 Con gozo comencemos la mañana
Y jubilosos demos el sudor;
Que Cristo ayuda nos da en la faena, por
Él está hoy aquí.

Cántale a Dios con todas tus canciones,
Cántale a Dios con salmos y oraciones,
Cántale a Dios de todas maneras, porque
Hoy se vuelve a ti, se vuelve hoy a ti.
Cántale a Dios con toda tu alegría,
Cántale a Dios de noche y de día,
Cántale a Cristo, al Dios de los cielos, porque
Hoy está aquí.

Cante Dios el pueblo reunido,
Libre del mal y libre de opresión;
Ya no hay cadenas, las penas pasaron, por
Él está hoy aquí.

Cántale a Dios con todas tus canciones,
Cántale a Dios con salmos y oraciones,
Cántale a Dios de todas maneras, porque
Hoy se vuelve a ti, se vuelve hoy a ti.
Cántale a Dios con toda tu alegría,
Cántale a Dios de noche y de día,
Cántale a Cristo, al Dios de los cielos, porque
Hoy está aquí.

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