ÚLTIMO DOMINGO
DESPUÉS DE EPIFANÍA

Servicio y Lecturas

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DOMINGO 19 de febrero de 2023, a las 12:00

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HIMNO
El Viñador

(#667, Flor y Canto)

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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.

Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos y ningún secreto se halla encubierto: Purifica los pensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente proclamemos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor. Amén.

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Gloria, a Dios en el cielo
En la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

Por tu inmensa gloria te alabamos,
Te bendecimos, te adoramos
Te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios,
Rey celestial, Dios Padre Todopoderoso.

 Gloria, a Dios en el cielo
En la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

Señor Hijo Único Jesucristo, Señor Dios,
Cordero de Dios, Hijo del Padre,

 Tu que quitas el pecado del mundo
Ten piedad de nosotros.
Tú que quitas el pecado del mundo
Atiende nuestra súplica
Tú que estas sentado a la derecha del Padre
Ten piedad de nosotros.

 Gloria, a Dios en el cielo
En la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

Porque solo tu eres Santo, solo tu Señor
Solo tu Altísimo Jesucristo
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amen.

Gloria, a Dios en el cielo 
En la tierra paz a los hombres que ama el Señor.

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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.

Oremos.

Oh Dios, que antes de la pasión de tu unigénito Hijo, revelaste su gloria en el monte santo: Concédenos que, al contemplar por fe la luz de su rostro, seamos fortalecidos para llevar nuestra cruz y ser transformados a su imagen de gloria en gloria; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

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LA PRIMERA LECTURA

Lectura del Libro del Éxodo.

El Señor le dijo a Moisés: —Sube al monte, donde yo estoy, y espérame allí, pues voy a darte unas tablas de piedra en las que he escrito la ley y los mandamientos para instruir a los israelitas.

Moisés se levantó y subió al monte de Dios, junto con su ayudante Josué. A los ancianos les dijo: —Espérennos en este lugar, hasta que regresemos. Aquí se quedan Aarón y Hur con ustedes, y si alguien tiene algún problema, que se lo presente a ellos.

Dicho esto, Moisés subió al monte, el cual quedó cubierto por una nube. La gloria del Señor vino a posarse sobre el monte Sinaí, y durante seis días la nube lo cubrió. Al séptimo día el Señor llamó a Moisés desde la nube. La gloria del Señor se presentó a los ojos de los israelitas como un fuego devorador, sobre la parte más alta del monte. Moisés entró en la nube, subió al monte, y allí se quedó cuarenta días y cuarenta noches.

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

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EL SALMO
Salmo 99

El Señor es Rey; tiemblen los pueblos; *
está entronizado sobre querubines;
sacúdase la tierra.

El Señor es grande en Sión; *
es excelso sobre todos los pueblos.

Alaben su Nombre, porque es grande y temible; *
él es el Santo.

“Oh Rey poderoso, amante de la justicia, has establecido la equidad; *
has administrado la justicia y el derecho en Jacob”.

Proclamen la grandeza del Señor nuestro Dios,
y póstrense ante el estrado de sus pies; *
él es el Santo.

Moisés y Aarón entre sus sacerdotes,
y Samuel entre los que invocan su Nombre, *
invocaban al Señor, y él les respondía.

Desde la columna de nube les hablaba; *
guardaban sus testimonios, y el decreto que les dio.

“Oh Señor Dios nuestro, en verdad les respondías; *
tú eras para ellos un Dios de perdón;
con todo, les castigabas por sus malas obras”.

Proclamen la grandeza del Señor nuestro Dios,
y adórenle sobre su santo monte, *
porque el Señor nuestro Dios es el Santo.

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LA SEGUNDA LECTURA

Lectura de la Segunda Carta de San Pedro.

La enseñanza que les dimos sobre el poder y el regreso de nuestro Señor Jesucristo, no consistía en cuentos inventados ingeniosamente, pues con nuestros propios ojos vimos al Señor en su grandeza. Lo vimos cuando Dios el Padre le dio honor y gloria, cuando la voz de Dios le habló de aquella gloriosa manera: «Éste es mi Hijo amado, a quien he elegido.» Nosotros mismos oímos aquella voz que venía del cielo, pues estábamos con el Señor en el monte sagrado.

Esto hace más seguro el mensaje de los profetas, el cual con toda razón toman ustedes en cuenta. Pues ese mensaje es como una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que el día amanezca y la estrella de la mañana salga para alumbrarles el corazón. Pero ante todo tengan esto presente: que ninguna profecía de la Escritura es algo que uno pueda interpretar según el propio parecer, porque los profetas nunca hablaron por iniciativa humana; al contrario, eran hombres que hablaban de parte de Dios, dirigidos por el Espíritu Santo.

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

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HIMNO
Salmo 150

(#625, Flor y Canto)

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EL EVANGELIO

El Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo.
¡Gloria a ti, Cristo Señor!

Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de Santiago, y se fue aparte con ellos a un cerro muy alto. Allí, delante de ellos, cambió la apariencia de Jesús. Su cara brillaba como el sol, y su ropa se volvió blanca como la luz. En esto vieron a Moisés y a Elías conversando con Jesús. Pedro le dijo a Jesús: —Señor, ¡qué bien que estemos aquí! Si quieres, haré tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

Mientras Pedro estaba hablando, una nube luminosa se posó sobre ellos, y de la nube salió una voz, que dijo: «Éste es mi Hijo amado, a quien he elegido: escúchenlo.» Al oír esto, los discípulos se postraron con la cara en tierra, llenos de miedo. Jesús se acercó a ellos, los tocó y les dijo: —Levántense; no tengan miedo.

Y cuando miraron, ya no vieron a nadie, sino a Jesús solo.

Mientras bajaban del cerro, Jesús les ordenó: —No cuenten a nadie esta visión, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado.

El Evangelio del Señor.
Te alabamos, Cristo Señor.

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EL SERMÓN

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EL CREDO NICENO

Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.

Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre.

Por nuestra causa
fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato:
padeció y fue sepultado.
Resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar
a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creemos en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.

Creemos en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.

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ORACIÓN DE FIELES (Fórmula VI)

Oremos por la Iglesia y por el mundo.

Omnipotente Dios,
concede que cuantos confesamos tu Nombre
estemos unidos en tu verdad,
vivamos unánimes en tu amor
y manifestemos tu gloria en el mundo.

SILENCIO.

Señor, en tu misericordia,
atiende nuestra súplica.

Dirige al pueblo de este país
y de todas las naciones
por caminos de justicia y paz,
para que nos respetemos unos a otros
y procuremos el bien común.

SILENCIO.

Señor, en tu misericordia,
atiende nuestra súplica.

Danos reverencia por la tierra,
que es creación tuya,
para que utilicemos debidamente sus recursos
en servicio de los demás
y para tu honra y gloria.

SILENCIO.

Señor, en tu misericordia,
atiende nuestra súplica.

Bendice a aquéllos cuyas vidas están unidas a las nuestras,
y concede que sirvamos a Cristo en ellos
y nos amemos unos a otros, así como él nos ama.

SILENCIO.

Señor, en tu misericordia,
atiende nuestra súplica.

Consuela y sana a todos aquéllos que sufren
en cuerpo, mente o espíritu;
en sus tribulaciones dales valor y esperanza,
y llévalos al gozo de tu salvación.

SILENCIO.

Señor, en tu misericordia,
atiende nuestra súplica.

Encomendamos a tu misericordia a todos los difuntos,
para que tu voluntad se cumpla en ellos;
y te pedimos que nos hagas partícipes
con todos tus santos de tu reino eterno.

SILENCIO.

Señor, en tu misericordia,
atiende nuestra súplica.

(El Pueblo puede añadir sus propias peticiones con la mismas peticiones.)

SILENCIO.

Señor, en tu misericordia,
atiende nuestra súplica.

Porque tuya is la majestad, Padre, Hijo, y Espíritu Santo;
tuyo es el reino, y el poder, y las gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Confesemos nuestros pecados contra Dios y contra nuestro prójimo.

Dios de misericordia,
confesamos que hemos pecado contra ti
por pensamiento, palabra y obra,
por lo que hemos hecho
y lo que hemos dejado de hacer.

No te hemos amado con todo el corazón;
no hemos amado a nuestro prójimo
como a nosotros mismos.

Sincera y humildemente nos arrepentimos.

Por amor de tu Hijo Jesucristo,
ten piedad de nosotros y perdónanos;
así tu voluntad será nuestraalegría
y andaremos por tus caminos,
para gloria de tu Nombre. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de ustedes,
perdone todos sus pecados por Jesucristo nuestro Señor,
les fortalezca en toda bondad
y, por el poder del Espíritu Santo,
les conserve en la vida eterna. Amén.

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La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.

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SANTA COMUNIÓN

Presentemos al Señor con alegría las ofrendas
y oblaciones de nuestra vida y de nuestro trabajo.

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HIMNO
Cristo Te Necesito

(#679, Flor y Canto)

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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.

Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.

Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.

En verdad es digno, justo y saludable, darte gracias, en todo tiempo y lugar, Padre omnipotente, Creador de cielo y tierra.

Porque por medio del agua y del Epíritu Santo nos has hecho un pueblo nuevo en nuestro Señor Jesucristo, para maniftestar tu gloria en el mundo.

Por tanto, te alabamos, uniendo nuestras voces con los Ángeles y Arcángeles, y con todos los coros celestiales que, proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:

Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna, hosanna, hosanna en el cielo. (2x)
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna, hosanna, hosanna en el cielo. (2x)

Te damos gracias, oh Dios, por la bondad y el amor que tú nos has manifestado en la creación; en el llamado a Israel para ser tu pueblo; en tu Verbo revelado a través de los profetas; y, sobre todo, en el Verbo hecho carne,  Jesús, tu Hijo. Pues en la plenitud de los tiempos le has enviado para que se encarnara de María la Virgen a fin de ser el Salvador y Redentor del mundo. En él, nos has librado del mal, y nos has hecho dignos de estar en tu presencia. En él, nos has sacado del error a la verdad, del pecado a la rectitud, y de la muerte a la vida.

En la víspera de su muerte por nosotros, nuestro Señor Jesucristo tomó pan; y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: "Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío".

Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y dijo: "Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío".

Por tanto, oh Padre, según su mandato,

Recordamos su muerte,
Proclamamos su resurrección,
Esperamos su venida en gloria;

Y te ofrecemos nuestro sacrificio de alabanza y acción de gracias, Señor de todos; ofreciéndote, de tu creación, este pan y este vino.

Te suplicamos, Dios bondadoso, que envíes tu Espíritu Santo sobre estos dones, para que sean el Sacramento del Cuerpo de Cristo y su Sangre del nuevo Pacto. Unenos a tu Hijo en su sacrificio, a fin de que, por medio de él, seamos aceptables, siendo santificados por el Espíritu Santo. En la plenitud de los tiempos, sujeta todas las cosas a tu Cristo y llévanos a la patria celestial donde, con todos tus santos, entremos en la herencia eterna de tus hijos; por Jesucristo nuestro Señor, el primogénito de toda la creación, la cabeza de la Iglesia, y el autor de nuestra salvación.

Por él, y con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, tuyos son el honor y la gloria, Padre omnipotente, ahora y por siempre. Amén.

Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó:

Padre nuestro tú que estás en los que aman la verdad.
Has que el reino que por Ti se dio llegue pronto a nuestro corazón.
Que el amor, que tu hijo, nos dejó, ese amor... reine ya en nosotros.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo. 
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Y en el pan de la unidad, Cristo danos Tú la paz y olvídate de nuestro mal,
si olvidamos el de los demás, no permitas, que caigamos en tentación...
oh señor... y ten piedad... del mundo.

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Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros.
¡Celebremos la fiesta!

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(La oración del gente que no puedan estar hoy en la iglesia.)

Jesús mío,
creo que eres verdaderamente presente
en el Sagrado Sacramento del Altar.

Te amo encima de todas las cosas,
y te anhelo en mi alma.

Como ahora no te puedo recibir sacramentalmente,
entra al menos espiritualmente en mi corazón.

Como si ya hubieras venido,
te abrazo y me uno completamente a ti;
nunca permitas que me separe de ti. Amén.

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Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.

Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
danos tu paz.

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Los Dones de Dios para el Pueblo de Dios.
Tómenlos en memoria de que Cristo murió por ustedes,
y aliméntense de él en sus corazones,
por fe y con agradecimiento.

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HIMNO
Christo Esta Conmigo

(#669, Flor y Canto)

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Oremos.

Eterno Dios, Padre celestial,
en tu bondad nos has aceptado
como miembros vivos de tu Hijo,
nuestro Salvador Jesucristo;
nos has nutrido con alimento espiritual
en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.
Envíanos ahora en paz al mundo;
revístenos de fuerza y de valor para amarte
y servirte con alegría y sencillez de corazón;
por Cristo nuestro Señor. Amén.

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LA BENDICIÓN

La paz de Dios, que excede a todo entendimiento,
gurade nuestros corazones y mentes en el conociemiento y amor de Dios,
y de su Hijo Jesucristo nuestro Señor
y la bendición de Dios omnipotente,
el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo,
sea con ustedes y more con ustedes eternamente. Amén.

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HIMNO
Juntos Como Hermanos

(#530, Flor y Canto)

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DESPEDIDA

Vayan en paz para amar y servir al Señor
Demos gracias a Dios.

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