EL NACIMIENTO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Servicio y Lecturas
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Sábado 25 de diciembre a las 7:00pm
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HIMNO
Venid, venid, zagales,
Pastores de Belén,
Venid, cantad la gloria
De Cristo, nuestro bien.
Los angeles pregonan
La gloria del Señor,
Y paz a los mortales
De voluntad y amor.
La humana vestidura
encubre el inmortal,
que va a pagar la deuda
Al Padre celestial,
El viene a redimirnos;
El viene a padecer,
Para acercar al hombre
al infinito Ser.
¡Amor inexplicable!
¡Sublime abnegación
De aquel que en un pesebre
Nos da su bendición!
Unid, pues, vuestras voces,
Viadores al Eden;
Venid, cantad la gloria
De Cristo, nuestro bien.
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ORACIÓN FRENTE AL PESEBRE
La gloria de Dios ha sido revelada.
y toda carne vera la salvacion de nuestro Dios.
Oremos.
Dios misericordioso y amoroso, que has santificado este día por la encarnación de tu Hijo Jesucristo, y por la maternidad de la Virgen María: Concéde que nuestro pueblo pueda entrar con alegría en la celebración de este día, y que también nos regocijemos por siempre como hijos e hijas adoptivos; por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
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HIMNO
¡Oh santísimo, felicísimo,
Grato tiempo de Navidad!
Pues el Padre por su Hijo
Su perdón y luz nos da;
Cristo el prometido
Ha por fin venido:
¡Alegría, alegría, cristiandad!
¡Oh santísimo, felicísimo,
Grato tiempo de Navidad!
Pues tenemos ya el camino
De la vida celestial;
Al mundo perdido,
Cristo le ha nacido:
¡Alegría, alegría, cristiandad!
¡Oh santísimo, felicísimo,
Grato tiempo de Navidad!
Pues los ángeles, con sus himnos,
Nos anuncian dicha y paz;
Coros celestiales
Oyen los mortales:
¡Alegría, alegría, cristiandad!
¡Oh santísimo, felicísimo,
Grato tiempo de Navidad!
Pues en él nos vino Cristo
Para darnos la verdad;
Tan dichosa nueva
Al mortal conmueva:
¡Alegría, alegría, cristiandad!
¡Oh santísimo, felicísimo,
Grato tiempo de Navidad!
Pues, por siempre, Jesucristo,
Nuestro Dios y rey será,
Príncipe del cielo,
Danos tu consuelo,
¡Alegría, alegría, cristiandad!
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Bendito sea Dios Padre, Hijo y Espiritu Santo.
Y bendito sea su reino, ahora y por siempre. Amen.
Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos y ningún secreto se halla encubierto: Purifica los pensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente proclamemos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor.
Amén.
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Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios,
Rey celestial, Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre: Tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros:
Porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Oremos.
Oh Dios, tú nos alegras anualmente con la festividad del nacimiento de tu único Hijo Jesucristo: Concédenos que, así como le recibimos con júbilo como Redentor, de la misma manera le contemplemos con segura confianza cuando venga a ser nuestro Juez; quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.
Amén.
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LA PRIMERA LECTURA
Isaías 62:6–12
Lectura del libro del profeta Isaías.
Jerusalén, en tus murallas he puesto centinelas
que ni de día ni de noche dejan de decir:
«No se queden callados los que invocan al Señor,
no lo dejen descansar
hasta que haya reconstruido a Jerusalén
y haya hecho que todo el mundo la alabe.»
El Señor ha jurado
alzando su poderoso brazo derecho:
«Nunca más permitiré
que tus enemigos se coman tu trigo
ni que los extranjeros se beban el vino
que has hecho con tu trabajo;
sino que ustedes mismos recogerán la cosecha,
se la comerán y me alabarán a mí;
y recogerán las uvas y beberán el vino
en los atrios de mi santo templo.»
Salgan, salgan por las puertas,
preparen el camino para mi pueblo.
Construyan con cuidado la calzada
y límpienla de piedras;
levanten la señal para llamar a las naciones.
El Señor anuncia esto
hasta el extremo de la tierra:
«Digan a la ciudad de Sión
que ha llegado ya su salvador.
El Señor trae a su pueblo
después de haberlo rescatado.»
A los israelitas los llamarán «El pueblo santo»,
«Los libertados por el Señor»,
y a Jerusalén, «La ciudad deseada»,
«La ciudad no abandonada».
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
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EL SALMO
Salmo 97
El Señor es Rey; regocíjese la tierra; *
alégrense la multitud de las islas.
Nubes y oscuridad alrededor de él; *
rectitud y justicia el cimiento de tu trono.
Fuego va delante de él, *
y abrasa a sus enemigos alrededor.
Sus relámpagos alumbran el mundo; *
viéndolo, la tierra se estremece.
Los montes se derriten como cera a la vista del Señor, *
a la vista del Soberano de toda la tierra.
Los cielos anuncian su justicia, *
y todos los pueblos contemplan su gloria.
Avergüéncense todos los que adoran imágenes de talla,
los que se glorían en dioses falsos; *
póstrense ante él, dioses todos.
Sión oye, y se alegra, y las ciudades de Judá se gozan, *
a causa de tus juicios, oh Señor;
Porque tú eres el Señor, altísimo sobre toda la tierra; *
eres muy excelso sobre todos los dioses.
El Señor ama a los que aborrecen el mal; *
él preserva la vida de sus santos,
y de mano de los malvados los libra.
Brota la luz para el justo, *
y alegría para los rectos de corazón.
Alégrense, justos, en el Señor, *
dando gracias a su santo Nombre.
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LA SEGUNDA LECTURA
Tito 3:4–7
Lectura de la carta de San Pablo a Tito.
Pero Dios nuestro Salvador mostró su bondad y su amor por la humanidad, y, sin que nosotros hubiéramos hecho nada bueno, por pura misericordia nos salvó lavándonos y regenerándonos, y dándonos nueva vida por el Espíritu Santo. Pues por medio de Jesucristo nuestro Salvador nos dio en abundancia el Espíritu Santo, para que, después de hacernos justos por su bondad, tengamos la esperanza de recibir en herencia la vida eterna.
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
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HIMNO
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EL EVANGELIO
San Lucas 2:1–20
El Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Lucas.
¡Gloria a ti, Cristo Señor!
Por aquel tiempo, el emperador Augusto ordenó que se hiciera un censo de todo el mundo. Este primer censo fue hecho siendo Quirinio gobernador de Siria. Todos tenían que ir a inscribirse a su propio pueblo. Por esto, José salió del pueblo de Nazaret, de la región de Galilea, y se fue a Belén, en Judea, donde había nacido el rey David, porque José era descendiente de David. Fue allá a inscribirse, junto con María, su esposa, que se encontraba encinta. Y sucedió que mientras estaban en Belén, le llegó a María el tiempo de dar a luz. Y allí nació su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en el establo, porque no había alojamiento para ellos en el mesón.]
Cerca de Belén había unos pastores que pasaban la noche en el campo cuidando sus ovejas. De pronto se les apareció un ángel del Señor, y la gloria del Señor brilló alrededor de ellos; y tuvieron mucho miedo. Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo, porque les traigo una buena noticia, que será motivo de gran alegría para todos: Hoy les ha nacido en el pueblo de David un salvador, que es el Mesías, el Señor.
Como señal, encontrarán ustedes al niño envuelto en pañales y acostado en un establo.» En aquel momento aparecieron, junto al ángel, muchos otros ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían: «¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Paz en la tierra entre los hombres que gozan de su favor!» Cuando los ángeles se volvieron al cielo, los pastores comenzaron a decirse unos a otros: —Vamos, pues, a Belén, a ver esto que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado. Fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el establo. Cuando lo vieron, se pusieron a contar lo que el ángel les había dicho acerca del niño, y todos los que lo oyeron se admiraban de lo que decían los pastores. María guardaba todo esto en su corazón, y lo tenía muy presente. Los pastores, por su parte, regresaron dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían visto y oído, pues todo sucedió como se les había dicho.
El Evangelio del Señor.
Te alabamos, Cristo Señor.
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EL SERMÓN
El Reverendo Luis Gomez
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EL CREDO NICENO
Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.
Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre.
Por nuestra causa
fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato:
padeció y fue sepultado.
Resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar
a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creemos en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creemos en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.
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ORACIÓN DE FIELES (Fórmula III)
Padre, te suplicamos por tu santa Iglesia Católica.
Que todos seamos uno.
Concede que todos los miembros de la Iglesia te sirvan en verdad y humildad.
Que tu Nombre sea glorificado por todo el género humano.
Te pedimos por todos los obispos, presbíteros y diáconos.
Que sean fieles ministros de tu Palabra y Sacramentos.
Te pedimos por cuantos gobiernan y ejercen autoridad
en todas las naciones del mundo.
Que haya justicia y paz en la tierra.
Danos gracia para hacer tu voluntad en todo cuanto emprendamos.
Que nuestras obras sean agradables a tus ojos.
Ten compasión de los que sufren de dolor o angustia.
Que sean librados de sus aflicciones.
Otorga descanso eterno a los difuntos.
Que sobre ellos resplandezca la luz perpetua.
Te alabamos por tus santos que han entrado en el gozo del Señor.
Que también nosotros tengamos parte en tu reino celestial.
Oremos por nuestras necesidades y las necesidades de los demás.
SILENCE
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les doy": No mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia; y concédenos la paz y la unidad de esa Ciudad celestial; donde con el Padre y el Espíritu Santo tú vives y reinas ahora y por siempre.
Amén.
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La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.
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LOS ANUNCIOS
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SANTA COMUNIÓN
Anden en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios. (Efesios 5:2)
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HIMNO
En el cielo de Belén
ángeles cantando están
y los ecos por doquier
dan la nueva celestial.
Gloria in excelsis Deo.
Los pastores al oír
tales preces y loor,
se admiraron entre sí
del porque de tal canción
Gloria in excelsis Deo.
Y gozosos prestos van
a la aldea de Belén
y en un mísero portal
vieron al Mesías Rey.
Gloria in excelsis Deo.
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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.
Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.
Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.
En verdad es digno, justo y saludable, darte gracias, en todo tiempo y lugar, Padre omnipotente, Creador de cielo y tierra.
Porque nos diste a Jesucristo, tu único Hijo, que se encarnó por nosotros; quien, por el gran poder del Espíritu Santo, fue hecho Hombre perfecto, nacido de la carne de la Virgen María su madre; para que, librados del yugo del pecado, recibamos la potestad de llegar a ser hijos tuyos.
Por tanto, te alabamos, uniendo nuestras voces con los Ángeles y Arcángeles, y con todos los coros celestiales que, proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:
Santo, santo, santo mi corazón te adora,
Mi corazón solo sabe decir, Santo eres tu.
Santo, santo, santo mi corazón te adora,
Mi corazón solos sabe decir, Santo eres tu.
Te damos gracias, oh Dios, por la bondad y el amor que tú nos has manifestado en la creación; en el llamado a Israel para ser tu pueblo; en tu Verbo revelado a través de los profetas; y, sobre todo, en el Verbo hecho carne, Jesús, tu Hijo. Pues en la plenitud de los tiempos le has enviado para que se encarnara de María la Virgen a fin de ser el Salvador y Redentor del mundo. En él, nos has librado del mal, y nos has hecho dignos de estar en tu presencia. En él, nos has sacado del error a la verdad, del pecado a la rectitud, y de la muerte a la vida.
En la víspera de su muerte por nosotros, nuestro Señor Jesucristo tomó pan; y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: "Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío".
Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y dijo: "Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío".
Por tanto, oh Padre, según su mandato,
Recordamos su muerte,
Proclamamos su resurrección,
Esperamos su venida en gloria;
Y te ofrecemos nuestro sacrificio de alabanza y acción de gracias, Señor de todos; ofreciéndote, de tu creación, este pan y este vino.
Te suplicamos, Dios bondadoso, que envíes tu Espíritu Santo sobre estos dones, para que sean el Sacramento del Cuerpo de Cristo y su Sangre del nuevo Pacto. Unenos a tu Hijo en su sacrificio, a fin de que, por medio de él, seamos aceptables, siendo santificados por el Espíritu Santo. En la plenitud de los tiempos, sujeta todas las cosas a tu Cristo y llévanos a la patria celestial donde, con todos tus santos, entremos en la herencia eterna de tus hijos; por Jesucristo nuestro Señor, el primogénito de toda la creación, la cabeza de la Iglesia, y el autor de nuestra salvación.
Por él, y con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, tuyos son el honor y la gloria, Padre omnipotente, ahora y por siempre.
AMEN.
Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó:
Padre nuestro tú que estás en los que aman la verdad,
has que el reino que por Ti se dio llegue pronto a nuestro corazón,
que el amor, que tu hijo, nos dejó, ese amor... reine ya en nosotros.
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.
Y en el pan de la unidad, Cristo danos Tú la paz y olvídate de nuestro mal,
si olvidamos el de los demás, no permitas, que caigamos en tentación...
oh señor... y ten piedad... del mundo.
Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros.
¡Celebremos la fiesta!
Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.
Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
danos tu paz.
Los Dones de Dios para el Pueblo de Dios. Tómenlos en memoria de que Cristo murió por ustedes, y aliméntense de él en sus corazones, por fe y con agradecimiento.
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Saludo a Jesús Sacramentado
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.
Os amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti.
Oh Pan celestial, gran Sacramento, te adoro y te alabo en todo momento.
Amén.
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HIMNO
¡Noche de paz! ¡Noche de amor!
Todo duerme en derredor.
Sólo velan mirando la faz
De su niño, en angélica paz,
José y María en Belén.
¡Noche de paz! ¡Noche de amor!
En el campo al pastor
Coros celestes proclaman salud,
Gracias y glorias en su plenitud
Por nuestro buen Redentor
¡Noche de paz! ¡Noche de amor!
Ved que bello resplandor
Luce en el rostro del niño Jesús.
En el pesebre, del mundo la luz,
¡Astro de eterno fulgor!
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Oremos.
Eterno Dios, Padre celestial,
en tu bondad nos has aceptado
como miembros vivos de tu Hijo,
nuestro Salvador Jesucristo;
nos has nutrido con alimento espiritual
en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.
Envíanos ahora en paz al mundo;
revístenos de fuerza y de valor para amarte
y servirte con alegría y sencillez de corazón;
por Cristo nuestro Señor.
AMÉN.
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SOLEMNE BENDICIÓN DE NAVIDAD
Que Dios Todopoderoso, que envió a su Hijo
a tomar nuestra naturaleza sobre él,
les bendiga en esta época santa,
esparza las tinieblas del pecado e ilumine vuestro corazón
con la luz de su santidad.
Amén.
Que Dios, que envió a sus ángeles
a anunciar la feliz noticia del nacimiento del Salvador,
les llene de gozo y les haga heraldos del Evangelio.
Amén.
Que Dios, que en el Verbo se hizo carne,
unió el cielo a la tierra y a la tierra al cielo, os dé su paz y su favor.
Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,
sea con ustedes y permanezca siempre con ustedes.
Amén.
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HIMNO
Oh, aldehuela de Belén,
Afortunada tú,
Pues en tus campos brilla hoy
La sempiterna luz.
El Hijo, el deseado,
Con santa expectación,
Por toda gente y todad edad
En ti, Belén, nació.
Allá do el Redentor nació
Los ángeles están
Velando todos con amor
Al niño sin igual.
¡Estrellas rutilantes,
A Dios la gloria dad!
Pues hoy el cielo nos mostró
Su buena voluntad.
¡Cual silencioso allí bajó
Preciado y puro don!
Así también aquí dará
Sus bendiciones Dios.
Ningún oído acaso
Perciba su venir,
Mas el de humilde corazón,
Se habrá de recibir.
¡Oh Santo Niño de Belén!
Desciende con tu amor,
Y echando fuera todo mal
nace en nosotros hoy.
Angélicos cantores.
Le anuncian al nacer:
Ven con nosotros a morar,
Jesús, Emmanuel.
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DESPEDIDA
Vayan en paz para amar y servir al Señor
Demos gracias a Dios.
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Apreciamos a los musicos que han contribuido en esta tarde.
John Lamar
Vocalista
Malik Jardine
Organista
Tambien apreciamos a los siguentes personas que han ayudado:
Las flores donados por la Union 621-621A
Dean De Lucia, Andrew Talanio, and Rafael Griffin
Comite de adornos de la Intercession
June Beckett, Isdola Griffith, and Christian Murck
Los empleados de la iglesia, comite de limpieza,
Church cleaning committee y comite del Altar