SEXTO DOMINGO DE PASCUA
Servicio y Lecturas

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Malik Jardine, Organist

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HIMNO
”Voces de gozo y de loor”

¡Voces de gozo y de loor,
Canten el triunfo del Señor!
¡Aleluya! ¡Aleluya!
Resucitó Cristo Jesús,
¡La sombra huyó, brilló la luz!

¡Gloria a Cristo que ha triunfado
De la muerte y del pecado! ¡Aleluya!

 ¡Cristo ha vencido! ¡Cristo es rey!
Clame con júbilo su grey:
¡Aleluya! ¡Aleluya!
Y de la muerte el aguijón
Huyó ante su resurrección.

¡Gloria a Cristo que ha triunfado
De la muerte y del pecado! ¡Aleluya!

Su sacrificio y santidad
Ganaron  nuestra libertad.
¡Aleluya! ¡Aleluya!
Nuestra confianza en él esté,
Ya no es vana nuestra fe.

¡Gloria a Cristo que ha triunfado
De la muerte y del pecado! ¡Aleluya!

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¡Aleluya! Cristo ha resucitado.
¡Es verdad! El Señor ha resucitado. ¡Aleluya!

Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos y ningún secreto se halla encubierto: Purifica los pensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente proclamemos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor. Amén. Amén.

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Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a quienes ama el Señor.

Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios,
Rey celestial, Dios Padre todopoderoso.

Señor, Hijo único Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre: Tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros:

Porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.

Oremos.

Oh Dios, tú has preparado para los que te aman cosas tan buenas que sobrepasan nuestro entendimiento: Infunde en nuestros corazones tal amor hacia ti, que, amándote en todo y sobre todas las cosas, obtengamos tus promesas, que exceden todo lo que podamos anhelar; por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

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LA PRIMERA LECTURA
Hechos 10:44–48

Lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles.

Todavía estaba hablando Pedro, cuando el Espíritu Santo vino sobre todos los que escuchaban su mensaje. Y los creyentes procedentes del judaísmo que habían llegado con Pedro, se quedaron admirados de que el Espíritu Santo fuera dado también a los que no eran judíos, pues los oían hablar en lenguas extrañas y alabar a Dios. Entonces Pedro dijo: —¿Acaso puede impedirse que sean bautizadas estas personas, que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros?

Y mandó que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo. Después rogaron a Pedro que se quedara con ellos algunos días.

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

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EL SALMO
Salmo 98

Canten al Señor cántico nuevo, *
porque ha hecho maravillas.

Con su diestra, y con su santo brazo, *
ha alcanzado la victoria.

El Señor ha dado a conocer su victoria; *
a la vista de las naciones ha descubierto su justicia.

Se acuerda de su misericordia y
su fidelidad para con la casa de Israel; *
los confines de la tierra han visto la victoria de nuestro Dios.

Aclamen con júbilo al Señor, pueblos todos; *
levanten la voz, gócense y canten.

Canten al Señor con el arpa, *
con el arpa y la voz de cántico.

Con trompetas y al son de clarines, *
aclamen con júbilo ante el Rey, el Señor.

Ruja el mar y cuanto contiene, *
el mundo y los que en él habitan.

Den palmadas los ríos, aclamen los montes al Señor, *
cuando llegue para juzgar la tierra.

Juzgará al mundo con justicia, *
y a los pueblos con equidad.

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LA SEGUNDA LECTURA
1 San Juan 5:1–6

Lectura de la Primera Carta de San Juan.

Todo el que tiene fe en que Jesús es el Mesías, es hijo de Dios; y el que ama a un padre, ama también a los hijos de ese padre. Cuando amamos a Dios y hacemos lo que él manda, sabemos que amamos también a los hijos de Dios. El amar a Dios consiste en obedecer sus mandamientos; y sus manda-mientos no son una carga, porque todo el que es hijo de Dios vence al mundo. Y nuestra fe nos ha dado la victoria sobre el mundo. El que cree que Jesús es el Hijo de Dios, vence al mundo.

La venida de Jesucristo quedó señalada con agua y sangre; no sólo con agua, sino con agua y sangre. El Espíritu mismo es testigo de esto, y el Espíritu es la verdad.  

Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.

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HIMNO
”¡Cristo vive! nunca más”

¡Cristo vive! nunca más
Causará la muerte pena.
¡Cristo vive! Desde hoy
Ya el sepulcro no encadena.
¡Aleluya!

 ¡Cristo vive! aunque murió
Alcanzó triunfal victoria;
Parte en ella el nos da:
Demos, pues, a Cristo gloria.
¡Aleluya! 

¡Cristo vive! el corazón
Sabe bien que él es su suerte;
Nunca nos separarán
De su amor, vida ni muerte.
¡Aleluya!

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EL EVANGELIO
San Juan 15: 9–17

El Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan.
¡Gloria a ti, Cristo Señor!

Jesús dijo a sus discípulos: —Yo los amo a ustedes como el Padre me ama a mí; permanezcan, pues, en el amor que les tengo. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

»Les hablo así para que se alegren conmigo y su alegría sea completa. Mi mandamiento es este: Que se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes. El amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo. Los llamo mis amigos, porque les he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho. Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Esto, pues, es lo que les mando: Que se amen unos a otros.  

El Evangelio del Señor.
Te alabamos, Cristo Señor.

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El SERMÓN

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EL CREDO NICENO

Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.

Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos: 
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre.

Por nuestra causa
fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato:
padeció y fue sepultado.
Resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar
a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creemos en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.

Creemos en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.

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ORACIÓN DE FIELES (Fórmula III)

Padre, te suplicamos por tu santa Iglesia Católica.
Que todos seamos uno.

Concede que todos los miembros de la Iglesia te sirvan en verdad y humildad.
Que tu Nombre sea glorificado por todo el género humano.

Te pedimos por todos los obispos, presbíteros y diáconos.
Que sean fieles ministros de tu Palabra y Sacramentos.

Te pedimos por cuantos gobiernan
y ejercen autoridad en todas las naciones del mundo.
Que haya justicia y paz en la tierra.

Danos gracia para hacer tu voluntad en todo cuanto emprendamos.
Que nuestras obras sean agradables a tus ojos.

Ten compasión de los que sufren de dolor o angustia.
Que sean librados de sus aflicciones.

Otorga descanso eterno a los difuntos.
Que sobre ellos resplandezca la luz perpetua.

Te alabamos por tus santos que han entrado en el gozo del Señor.
Que también nosotros tengamos parte en tu reino celestial.

Oremos por nuestras necesidades y las necesidades de los demás.

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les doy": No mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia; y concédenos la paz y la unidad de esa Ciudad celestial; donde con el Padre y el Espíritu Santo tú vives y reinas ahora y por siempre. Amén.

La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.

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LOS ANUNCIOS

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SANTA COMUNIÓN

Anden en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios. (Efesios 5:2)

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HIMNO
”Jesús excelso, Rey de lo creado”

Jesús excelso, Rey de lo creado,
Amante Dios y buen Señor
Te amo solo a tí, y te adoro
Eres mi Gloria, luz y amor.

Bellos los campos, más aún los bosques
En la estación primaveral;
Cristo es más bello, también más puro, que
gozo al alma triste, da.

El sol es bello, más aún la luna
Y las estrellas sin igual;
Pero es Cristo el que más brilla
En todo el reino celestial.

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El Señor sea con ustedes.
Y con tu espíritu.

Elevemos los corazones.
Los elevamos al Señor.

Demos gracias a Dios nuestro Señor.
Es justo darle gracias y alabanza.

En verdad es digno, justo y saludable, darte gracias, en todo tiempo y lugar, Padre omnipotente, Creador de cielo y tierra.

Pero principalmente tenemos que alabarte por la gloriosa resurrección de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo; pues él es el verdadero Cordero Pascual, quien fue sacrificado por nosotros, y ha quitado los pecados del mundo. Por su muerte ha destruido la muerte, y por su resurrección a la vida, ha conquistado para nosotros la vida eterna.

Por tanto, te alabamos, uniendo nuestras voces con los Ángeles y Arcángeles, y con todos los coros celestiales que, proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:

Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

Te damos gracias, oh Dios, por la bondad y el amor que tú nos has manifestado en la creación; en el llamado a Israel para ser tu pueblo; en tu Verbo revelado a través de los profetas; y, sobre todo, en el Verbo hecho carne,  Jesús, tu Hijo. Pues en la plenitud de los tiempos le has enviado para que se encarnara de María la Virgen a fin de ser el Salvador y Redentor del mundo. En él, nos has librado del mal, y nos has hecho dignos de estar en tu presencia. En él, nos has sacado del error a la verdad, del pecado a la rectitud, y de la muerte a la vida.

En la víspera de su muerte por nosotros, nuestro Señor Jesucristo tomó pan; y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: "Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío".

Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo entregó, y dijo: "Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío".

Por tanto, oh Padre, según su mandato,

Recordamos su muerte,
Proclamamos su resurrección,
Esperamos su venida en gloria;

Y te ofrecemos nuestro sacrificio de alabanza y acción de gracias, Señor de todos; ofreciéndote, de tu creación, este pan y este vino.

Te suplicamos, Dios bondadoso, que envíes tu Espíritu Santo sobre estos dones, para que sean el Sacramento del Cuerpo de Cristo y su Sangre del nuevo Pacto. Unenos a tu Hijo en su sacrificio, a fin de que, por medio de él, seamos aceptables, siendo santificados por el Espíritu Santo. En la plenitud de los tiempos, sujeta todas las cosas a tu Cristo y llévanos a la patria celestial donde, con todos tus santos, entremos en la herencia eterna de tus hijos; por Jesucristo nuestro Señor, el primogénito de toda la creación, la cabeza de la Iglesia, y el autor de nuestra salvación.

Por él, y con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, tuyos son el honor y la gloria, Padre omnipotente, ahora y por siempre.

AMEN.

Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó:

Padre nuestro tú que estás en los que aman la verdad, has que el reino que por Ti se dio llegue pronto a nuestro corazón, que el amor, que tu hijo, nos dejó, ese amor... reine ya en nosotros.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo. 
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Y en el pan de la unidad, Cristo danos Tú la paz y olvídate de nuestro mal, si olvidamos el de los demás, no permitas, que caigamos en tentación... oh señor... y ten piedad... del mundo.

Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros.
¡Celebremos la fiesta!

Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros, ten piedad de nosotros. (2)

Cordero de Dios, Cordero de Dios
que quitas el pecado del mundo,
danos la paz, danos la paz.

Los Dones de Dios para el Pueblo de Dios. Tómenlos en memoria de que Cristo murió por ustedes, y aliméntense de él en sus corazones, por fe y con agradecimiento.

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Saludo a Jesús Sacramentado

Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.

Os amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, 
pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti.

Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén.   

Oh, Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, aquí presente en el Santísimo Sacramento del altar, creo todo lo que Tu, mi Señor, me habéis revelado.

Arrepentido de todos mis pecados, esperando en Ti que nunca permite que sea confundido, agradeciendo por este don supremo, te amo sobre todas las cosas en este Sacramento de vuestro amor, adorándote en el misterio profundo de vuestra humildad, te manifiesto y hago patente todas las heridas y miserias de mi pobre corazón y te pido me des todo lo que necesito y deseo.

Pero tan solo te necesito a Ti, oh, Dios mío, tan solo te deseo a Ti, necesito tu gracia y la gracia de usarla debidamente, deseo tenerte en esta vida y también en la otra vida.

Bendito seas, oh poder divino de Corazón paternal, nos has dado el don más precioso que es el del Santísimo Sacramento.

Oh Pan celestial, gran Sacramento, te adoro y te alabo en todo momento. (repítase después de cada alabanza.)

Bendita seas, oh, Sabiduría del Verbo Divino, que todo lo sabe y lo ordenas, y que nos has preparado una comida muy exquisita, que es este Santísimo Sacramento.

Bendito seas, oh, Dios mío, que en tu inefable dulzura de amor te has transformado en este pan para darnos como el más dulce manjar.

Bendito seas, oh, Dios mío, que has encerrado todo tus inmensurable ser en esta humilde forma de pan terrenal. ¡Oh, Trinidad Santísima!

Amén.

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HIMNO
”Hoy he vuelto”

Cuántas veces siendo niño te recé,
con mis besos te decía que te amaba.
Poco a poco con el tiempo, olvidándome de Ti,
por caminos que se alejan me perdí.

Hoy he vuelto, Madre, a recordar
cuántas cosas dije ante tu altar
y al rezarte puedo comprender
que una Madre no se cansa de esperar.

Al regreso, me encendías una luz,
sonriendo desde lejos me esperabas.
En la mesa, la comida aún caliente y el mantel
y tu abrazo en mi alegría de volver.
y tu abrazo en mi alegría de volver.

Hoy he vuelto, Madre, a recordar
cuántas cosas dije ante tu altar
y al rezarte puedo comprender
que una Madre no se cansa de esperar.

Aunque el hijo se alejara del hogar,
una madre siempre espera su regreso.
Que el regalo más hermoso que a los hijos da el Señor
es su madre y el milagro de su amor.
es su madre y el milagro de su amor.

Hoy he vuelto, Madre, a recordar
cuántas cosas dije ante tu altar
y al rezarte puedo comprender
que una Madre no se cansa de esperar.

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Oremos.

Eterno Dios, Padre celestial,
en tu bondad nos has aceptado
como miembros vivos de tu Hijo,
nuestro Salvador Jesucristo;
nos has nutrido con alimento espiritual
en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre.
Envíanos ahora en paz al mundo;
revístenos de fuerza y de valor para amarte
y servirte con alegría y sencillez de corazón;
por Cristo nuestro Señor.

AMÉN.

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LA BENDICIÓN

Que el Dios Todopoderoso,
que nos redimió y nos hizo sus hijos
mediante la resurrección de su Hijo nuestro Señor,
les conceda las riquezas de su bendición.
Amén.

Que Dios, que por el agua del bautismo
nos ha levantado del pecado a una vida nueva,
te haga santo y digno de estar unido a Cristo para siempre.
Amén.

Que Dios, que nos ha sacado de la esclavitud del pecado
a la libertad verdadera y duradera en el Redentor,
te lleve a tu herencia eterna.
Amén.

Y la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo
sea con ustedes y permanezca con ustedes para siempre.
Amén.

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Vayan en paz para amar y servir al Señor.
Demos gracias a Dios.

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HIMNO
”Madre Del Silencio”

Como una tarde tranquila
Como un suave atardecer
Era tu vida sencilla
En el pobre Nazaret
Y en medio de aquel silencio
Dios te hablaba al corazón

Virgen María, Madre del Señor
Danos tu silencio y paz
Para escuchar su voz
Danos tu silencio y paz
Para escuchar su voz

Enséñanos, Madre buena
Cómo se debe escuchar
Al Señor cuando nos habla
En una noche estrellada
En la tierra que dormida
Hoy descansa en su bondad

Virgen María, Madre del Señor
Danos tu silencio y paz
Para escuchar su voz (para escuchar su voz)
Danos tu silencio y paz
Para escuchar su voz

Y sobre todo, María (y sobre todo, María)
Cuando nos habla en los hombres (cuando nos habla en el hombre)
En el hermano que sufre (que sufre)
En la sonrisa del niño
En la mano del amigo (del amigo)
Y en la paz de una oración

Virgen María, Madre del Señor
Danos tu silencio y paz (danos tu silencio y paz)
Para escuchar su voz (para escucharlo)
Danos tu silencio y paz
Para escuchar al Señor

Virgen María, Madre del Señor
Danos tu silencio y paz
Para escuchar su voz
Danos tu silencio y paz
Para escuchar su voz

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